jueves, 12 de diciembre de 2019

ESTE FIN DE SEMANA SE PROYECTA EN CHICLANA DE LA FRONTERA LA PELÍCULA "VITORIA, 3 DE MARZO".

Es imposible terminar de ver ‘Vitoria, 3 de marzo’ sin que uno se sienta asqueado por lo ocurrido en la ciudad alavesa en aquellas jornadas de huelgas y represión, pero todo ocurre gracias a la precisión de su tercer acto y al modo en el que su director, el debutante en la gran pantalla Víctor Cabaco, ha sabido recrear lo narrado en las infames grabaciones de los comunicados entre los mandos de los cuerpos de seguridad que, lejos de servir para aclarar responsabilidades, siguen causando un nudo en el estómago a aquellos que quieran oírlas.
Es imposible terminar de ver ‘Vitoria, 3 de marzo’ sin que uno se sienta asqueado por lo ocurrido en la ciudad alavesa en aquellas jornadas de huelgas y represión, pero todo ocurre gracias a la precisión de su tercer acto y al modo en el que su director, el debutante en la gran pantalla Víctor Cabaco, ha sabido recrear lo narrado en las infames grabaciones de los comunicados entre los mandos de los cuerpos de seguridad que, lejos de servir para aclarar responsabilidades, siguen causando un nudo en el estómago a aquellos que quieran oírlas...

ESTE FIN DE SEMANA SE PROYECTA EN CHICLANA DE LA FRONTERA LA PELÍCULA "VITORIA, 3 DE MARZO".

BASADA EN HECHOS HISTÓRICOS REALES, NARRA UNO DE LOS RELATOS MÁS TRUCULENTOS DEL INICIO DE LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA.

La cita para los amantes del cine y la Historia  tendrá lugar el próximo sábado, 14 de diciembre, en el Salón de Actos de las instalaciones locales confederales de la organización anarcosindicalista Confederación Nacional del Trabajo, adherida a la Asociación Internacional de los Trabajadores  (C.N.T.-A.I.T.), sita en la Calle Cuesta del Matadero, 32, y será la culminación de una tarde donde previamente los organizadores del evento ofrecerán un almuerzo y una merienda de confraternización libertaria.

Si nos centramos en la proyección de la película, se puede decir que es imposible terminar de ver ‘Vitoria, 3 de marzo’ sin que uno se sienta asqueado por lo ocurrido en la ciudad alavesa en aquellas jornadas de huelgas y represión, pero todo ocurre gracias a la precisión de su tercer acto y al modo en el que su director, el debutante en la gran pantalla Víctor Cabaco, ha sabido recrear lo narrado en las infames grabaciones de los comunicados entre los mandos de los cuerpos de seguridad que, lejos de servir para aclarar responsabilidades, siguen causando un nudo en el estómago a aquellos que quieran oírlas.

Recordando la fecha del 3 de marzo de 1976, y tras varios meses de huelga en demanda de unas condiciones dignas de trabajo, la película describe cómo las comisiones representativas de trabajadores en las empresas en lucha habían convocado una jornada de paro general en Vitoria, una ciudad donde se había creado un movimiento asambleario que preocupaba al Gobierno, temeroso de que pudiera extenderse al conjunto del Estado español.

En la iglesia de San Francisco del barrio obrero de Zaramaga, miles de trabajadores y trabajadoras abarrotaron el templo en asamblea. En el exterior se congregaron muchas personas más y, en medio, se situó un centenar de agentes de la Policía armada.


El asesinato de cinco trabajadores a manos de la policía en el día 3 de Marzo quedó grabado para siempre en la memoria colectiva de una ciudad que desde entonces no fue ya la misma...
El asesinato de cinco trabajadores a manos de la policía en el día 3 de Marzo de 1976 quedó grabado para siempre en la memoria colectiva de una ciudad que desde entonces no fue ya la misma...

Durante los sucesos del 3 de Marzo de 1976 en Vitoria, cinco trabajadores resultaron muertos a manos de la Policía tras una larga huelga. Begoña, una joven de clase media, vivirá en primera persona aquellos hechos que sacudieron “una ciudad donde nunca pasa nada”. En un conflicto cada vez más enconado, tanto ella como su familia tendrán que elegir de qué lado colocarse. Finalmente, tras la masacre, Begoña, la ciudad, y el conjunto del país, no serán nunca más los mismos...

Hay que tener en cuenta que en 1976, la muerte del dictador Franco estaba todavía muy reciente, y Vitoria era considerada también como una "tranquila" capital de provincia. Una ciudad “de curas y militares”. Pocos podían imaginar que, ese año, se iban a producir unos sucesos dramáticos, que cambiarían -de una vez y para siempre- la ciudad. Unos hechos que tuvieron también una importancia indudable en el devenir de la llamada transición española, especialmente en el País Vasco.

José Luis, periodista en una radio local, y acostumbrado a la rutina aburrida de la información en una pequeña ciudad, tampoco podía prever lo que se avecinaba. Sin embargo, los acontecimientos le envolverán en una situación que le afectará más de cerca de lo que hubiera podido imaginarse. Tan de cerca, que será su propia hija, Begoña, una de las protagonistas (y víctima) de aquellos días de marzo.

Cartel anunciando el evento del próximo 14 de diciembre.
Cartel anunciando el evento del próximo 14 de diciembre.
La ciudad estaba cambiando, miles de trabajadores planteaban mejoras salariales, pero también cambios sociales y políticos. Frente a ellos, una patronal y unas autoridades que no estaban dispuestos a permitirlos y que estaban dispuestos a todo. A todo..

Así las cosas, el conflicto estaba servido. También en una familia de clase media como la de José Luis se reproducirá un conflicto que terminará afectando a todos sus miembros. Begoña, la protagonista de esta historia -igual que tanta gente joven de aquella generación- crecerá como persona de forma paralela a su toma de conciencia social.

José Luis y Ana -su mujer y madre de Begoña- tampoco podrán permanecer al margen de una situación enconada, que acabará afectando a todos y cada uno de los habitantes de la ciudad, y deberán decidir de qué lado están.

El trágico resultado es conocido: el asesinato de cinco trabajadores a manos de la policía en el día 3 de Marzo. Un día que ha quedado grabado para siempre en la memoria colectiva de una ciudad que desde entonces no fue ya la misma...


Fuentes: 





jueves, 31 de octubre de 2019

LOS EXPERTOS RECOMIENDAN LA EXHUMACIÓN DE PRIMO DE RIVERA.

El informe de los expertos sobre el Valle de los Caídos sostiene que no todos los enterrados en el conjunto monumental son damnificados de la contienda. José Antonio Primo de Rivera no es una víctima sino un “beligerante”, una persona que propició el golpe de Estado del 18 de julio de 1936.
El informe de los expertos sobre el Valle de los Caídos sostiene que no todos los enterrados en el conjunto monumental son damnificados de la contienda. José Antonio Primo de Rivera no es una víctima sino un “beligerante”, una persona que propició el golpe de Estado del 18 de julio de 1936.

LOS EXPERTOS RECOMIENDAN LA EXHUMACIÓN DE PRIMO DE RIVERA.

PRIMO DE RIVERA NO ES UNA VÍCTIMA DE LA GUERRA CIVIL, ES UN MUERTO EN EL CONFLICTO Y UNA PERSONA BELIGERANTE QUE PROPICIÓ EL GOLPE DE ESTADO DE JULIO DE 1936.

Primo de Rivera se queda solo en el Valle de los Caídos tras 44 años de pétrea compañía. La exhumación de Francisco Franco deja al fundador de Falange como el único inhumado de la basílica ocupando un lugar destacado, un privilegio que contrasta con el objetivo inicial de la creación del enorme mausoleo en el que se acabó convirtiendo en honor al dictador. 

El primogénito del dictador Miguel Primo de Rivera fue ejecutado el 20 de noviembre de 1936, cinco meses después del inicio de la Guerra Civil, por lo que se suma a la enorme lista de fallecidos durante el conflicto. Los restos del falangista fueron trasladados a la basílica desde el monasterio de El Escorial en 1959, año en el que se inauguró el monumento, junto a otras 11.328 víctimas mortales. A partir de ese año, y hasta 1983, el Valle de los Caídos se convirtió en el mayor cementerio de la Guerra Civil con 33.847 cadáveres inhumados, según los datos del registro que constan en Patrimonio, aunque el informe de expertos advierte de que el número podría ser superior.    

La tumba de José Antonio Primo de Rivera continuará en el Valle de los Caídos. Aunque es probable que lo trasladen a un lugar más “discreto” dentro del monumento para igualarlo a todas las personas allí enterradas, sus restos no seguirán el mismo camino que los del general Francisco Franco, exhumado el pasado 24 de octubre y enterrado en un panteón familiar en Mingorrubio, en El Pardo. La razón es que el fundador de la Falange es “una víctima de la Guerra Civil”, según reiteró este lunes la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo. Sin embargo, ni Primo de Rivera fue una víctima del conflicto español ni “todos los que yacen en el valle son víctimas y solo víctimas”, como afirmó de forma solemne el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la exhumación del dictador.

El Gobierno basa su decisión en el Informe de la Comisión de Expertos para el futuro del Valle de los Caídos, de noviembre de 2011, que recomendó que “los restos del general Francisco Franco fueran trasladados al lugar que designara la familia” y que los de Primo Rivera permanecieran en el Valle de los Caídos pero sin ocupar “un lugar preeminente en la Basílica” dada la “igual dignidad de los restos de todos los allí enterrados”. Y en esta frase, “todos los allí enterrados”, reside la clave: el informe no menciona en ningún momento que Primo de Rivera fuera una víctima ni que todas las personas inhumadas en el monumento fueran víctimas de la Guerra Civil. Literalmente, señala: “Toda víctima es víctima, independientemente del campo en que se halle (…). Entre los inhumados hay combatientes y civiles de ambos bandos. Aunque no todos son víctimas, sí las hay de ambos bandos”.

“Nosotros no decimos que todos los muertos son víctimas. El que muere con un arma en la mano no es una víctima. Se le puede llamar muerto, fallecido, caído… Pero no víctima”, explica Reyes Mate, miembro de la comisión que elaboró el informe. Según el filósofo, José Antonio Primo de Rivera no es una víctima sino un “beligerante”, una persona que propició el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, afirma en una entrevista telefónica.

La comisión recomendó que sus restos permanecieran en el Valle de los Caídos no por su condición de víctima, —Reyes Mate defiende que Primo de Rivera, al igual que Franco, es un personaje cuya memoria no es digna de homenajes— sino porque fue fusilado el 20 de noviembre de 1936 condenado por un delito de rebelión militar— y su muerte, por tanto, entra dentro de los plazos previstos en la orden ministerial de fundación del Valle de los Caídos, de 11 de julio de 1946. La orden especifica que aquel recinto era para recibir “los restos de los caídos en nuestra Guerra de Liberación, tanto si pertenecieron al Ejército Nacional como si sucumbieron asesinados y ejecutados por las hordas marxistas en el período comprendido entre el 18 de julio de 1936 y el 1 de abril de 1939, o aun en fecha posterior, en caso de que la defunción fuera consecuencia directa de las heridas de guerra o sufrimientos en prisión”

“Esta es una de las razones por las que Franco, muerto el 20 de noviembre de 1975, no debía estar ahí”, añade Reyes Mate. Después los entierros se ampliarían a “muertos en los dos bandos, que fueran españoles y católicos” por el decreto ley del 23 de agosto de 1957, puntualiza el filósofo.

Tampoco el historiador Paul Preston cree que Primo de Rivera sea una víctima de la contienda española. “Por un lado José Antonio Primo de Rivera fue una víctima en el sentido de que murió delante de un pelotón de fusilamiento el 20 de noviembre de 1936. Por otro lado, con su retórica de ‘la dialéctica de los puños y de las pistolas’, contribuyó a provocar la guerra de la que fue una víctima”, reflexiona en un correo electrónico el experto en historia española y biógrafo de Franco. Es el mismo argumento que emplea Gutmaro Gómez Bravo, profesor titular de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid y experto en el franquismo y en la Guerra Civil. “Puede considerarse víctima, porque fue condenado y ejecutado durante el periodo en el que dura la contienda, aunque su figura, como fundador de la Falange y muy activa en la preparación del golpe de Estado de 1936 es muy controvertida”, señala en conversación telefónica.

Preston profundiza en las contradicciones del fundador de la Falange y considera, que tras su arresto el 14 de marzo de 1936, quedó “horrorizado por la guerra” y evolucionó ideológicamente como “muestra su última entrevista antes de su ejecución”. “Ha habido muchos intentos de argumentar que, de haber vivido, habría limitado los excesos de Franco”, sostiene. Sin embargo, pese a su “rectificación final”, el historiador británico cree que el balance de su biografía hace que “no se le puede considerar como víctima” si bien, en su opinión, “su ejecución fue un gran error”.

El día que Mussolini bendijo a Primo de Rivera

Los encendidos discursos de los líderes políticos de Falange Española apelaron a la violencia verbal y física como forma de hacer frente a la "revolución bolchevique" que, según ellos, pretendía romper la "nación española"
Los encendidos discursos de los líderes políticos de Falange Española apelaron a la violencia verbal y física como forma de hacer frente a la "revolución bolchevique" que, según ellos, pretendía romper la "nación española".

“Nuestro sitio está al aire libre, bajo la noche clara, arma al brazo y, en lo alto, las estrellas”. Con estas palabras pronunciadas en el discurso fundacional de la Falange, José Antonio Primo de Rivera dejaba claro que su partido, antiparlamentario y antisistema, no iba a renunciar a la violencia como forma de alcanzar sus fines políticos. Corría el 29 de octubre de 1933 y las organizaciones juveniles tanto de izquierdas como de derechas se radicalizaban al extremo. Había enfrentamientos en las calles, refriegas constantes, heridos. Los primeros muertos no tardarían en llegar.

La democracia se degradaba por momentos; el Parlamento se reducía a una especie de inútil teatrillo. Las huelgas y reuniones obreras eran cruentamente reprimidas por grupos de pistoleros contratados por patronos. Se extendía la idea de que la política debía hacerse en las calles, pistola en mano. El ambiente se volvía irrespirable en todo el país. Las elites financieras y las derechas más reaccionarias veían necesaria la existencia de un partido ultraderechista que como en otros países de Europa sirviera de dique de contención ante la amenaza roja.

Las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) de Ramiro Ledesma Ramos y Onésimo Redondo, apoyadas por un sector de los militares y el clero, no estaban funcionando. En realidad habían fracasado, ya que no tuvieron el respaldo popular que se esperaba de ellas. Mientras Hitler arrastraba a las masas en Alemania, y Mussolini seducía a los italianos, el movimiento fascista español no terminaba de arrancar. Había que encontrar un líder carismático lo antes posible. José Antonio Primo de Rivera era el hombre. Hijo del anterior dictador español, tenía presencia, estaba intelectualmente preparado y era un buen orador para encandilar al pueblo con su discurso enérgico trufado de lirismo y sentimentalismo exacerbado.

El partido de José Antonio, Falange Española, se presentó en sociedad durante aquel histórico mitin celebrado en el Teatro de la Comedia de Madrid el 29 de octubre de 1933. Desde el principio se inspiró en la retórica del fascio musoliniano. Los encendidos discursos de sus líderes políticos apelaron a la violencia verbal y física como forma de hacer frente a la "revolución bolchevique" que, según ellos, pretendía romper la "nación española". Falange no iba a permitir la fractura del Estado. Ante todo Dios, patria y orden y esa máxima que sus militantes llevaban grabada a sangre y fuego en sus cabezas: “España es una unidad de destino en lo universal…”

En octubre de ese año Primo de Rivera viajó a Italia para entrevistarse con Mussolini, que le regaló un retrato firmado. El fundador de la Falange colgó el cuadro en su despacho junto al de su padre. Se dice que momentos antes de la entrevista le dijo a un reportero: “Soy como el discípulo que va a ver al maestro”. Dos años después llegaba una jugosa subvención mensual italiana de 50.000 liras del Gobierno fascista para el partido de Primo de Rivera.

Falange Española organizó a sus jóvenes escuadristas en grupos paramilitares canalizando su rebeldía y su odio hacia la democracia liberal mediante la práctica de la violencia. El proceso de selección se hacía con minuciosidad y tomando precauciones para no levantar las sospechas de las autoridades y de la policía. De hecho, en las fichas de afiliación de los nuevos falangistas se reservaba una casilla en la que se hacía constar si el candidato disponía de “bicicleta”, es decir de una pistola. Luego se les entregaban porras flexibles forradas de metal para batirse en la calle con los grupos de izquierda. En un documento interno de Falange, aireado por un periódico de la época, quedó en evidencia cuál era su hoja de ruta: “Fracasadas rotundamente las tentativas de actuaciones por procedimientos legales, e impotentes hoy para contener el avance de la ola roja, cuya práctica y procedimientos son genuinamente violentos, a la violencia habrá que recurrir para contener y luego destruir ese peligro que pretende acabar con la civilización”.

La mecha del odio estaba prendida. Solo quedaba sentarse y esperar a que todo saltara por los aires...


Fuentes: 






lunes, 7 de octubre de 2019

MIENTRAS DURE LA GUERRA...

En Europa durante la primera mitad del siglo XX, surgieron los movimientos fascistas y hoy no resulta difícil verlos resurgir. Las posiciones extremas ganan peso y lo inquietante es imaginar a qué escenario nos llevan, porque sabemos bien cómo acabó aquello...
En Europa durante la primera mitad del siglo XX, surgieron los movimientos fascistas y hoy no resulta difícil verlos resurgir. Las posiciones extremas ganan peso y lo inquietante es imaginar a qué escenario nos llevan, porque sabemos bien cómo acabó aquello... 

MIENTRAS DURE LA GUERRA...

UNA ENTREVISTA CON ALEJANDRO AMENÁBAR.


España. Verano de 1936. El célebre escritor Miguel de Unamuno decide apoyar públicamente la rebelión militar que promete traer orden a la convulsa situación del país. Inmediatamente es destituido por el gobierno republicano como rector de la Universidad de Salamanca. Mientras tanto, el general Franco consigue sumar sus tropas al frente sublevado e inicia una exitosa campaña con la secreta esperanza de hacerse con el mando único de la guerra.

La deriva sangrienta del conflicto y el encarcelamiento de algunos de sus compañeros hacen que Unamuno empiece a cuestionar su postura inicial y a sopesar sus principios.

Cuando Franco traslada su cuartel a Salamanca y es nombrado jefe del Estado de la zona nacional, Unamuno acudirá a su Palacio, decidido a hacerle una petición de clemencia...


Entrevista:


¿A qué se refiere el título: MIENTRAS DURE LA GUERRA?

Para mí esa frase significa dos cosas: por un lado, forma parte de un documento firmado por el bando nacional al comienzo de la guerra y que fue clave en la toma de poder de Franco. Pero sobre todo es una reflexión que se lanza al público. Somos nosotros los que parecemos seguir sin entendernos, en guerra constante.


¿Por qué hay tanto debate social sobre la frase que pronuncia Unamuno en la película?

La frase “Venceréis pero no convenceréis” convirtió a Unamuno en un mito, pero no existen registros sonoros ni transcripción del discurso y sí muchas versiones de lo que dijo, aparte de la propaganda de un lado y de otro, de ahí la polémica. También hay debate sobre lo que dijo, o no, Millán Astray. Por eso, abordar la escena del discurso se convirtió para mí en un acto de máxima responsabilidad. La he preparado a conciencia consultando todo tipo de documentación y testimonios procedentes de los dos bandos, y la he escrito y rodado en conciencia. Para mí, la evidencia más clara de que don Miguel lió una buena durante aquel acto es que esa misma tarde le revocaron el acceso de socio al Casino de Salamanca, vamos, que lo echaron, y dos días después fue destituido como rector de la Universidad de Salamanca y pusieron un guardia en la puerta de su casa. O sea, que algo y muy gordo tuvo que pasar.


¿Se van a reconocer los espectadores de hoy en los acontecimientos que recoge la película?

Creo que la película actúa como catarsis para un espectador de hoy en día y el panorama que retrata conecta más de lo que pudiéramos pensar con nuestra actualidad política. Considero que en la Historia las crisis y las revoluciones vienen por ciclos, algo que ya traté en mi película Ágora, a veces haciendo avanzar a una sociedad, otras lamentablemente no.

En Europa durante la primera mitad del siglo XX, surgieron los movimientos fascistas y hoy no resulta difícil verlos resurgir. Las posiciones extremas ganan peso y lo inquietante es imaginar a qué escenario nos llevan, porque sabemos bien cómo acabó aquello: con una guerra mundial. Y en España, como triste preludio, una guerra civil. Por eso siento que esta película habla más del presente que del pasado. Te pondré un ejemplo cercano. Cuando saco al perro al parque coincido con un grupo de jubilados paseando a los suyos. Uno es republicano, otro es claramente franquista… y entre ellos hablan y discuten de política. Siempre me ha parecido muy saludable que todas las mañanas se busquen para darse la tabarra, pero que de ahí no pase, porque hace ochenta años se habrían estado pegando tiros.

De esa España que dialoga quería hablar también en la película. Hay una escena en la que Unamuno y Salvador Vila se enzarzan en una discusión política en medio del campo. Esa bronca la incluí en el último momento porque me di cuenta de que era la oportunidad de que se le presentaran al público las dos Españas, las de siempre. Ahí se quedan discutiendo mientras la cámara se aleja de ellos. Para mí, lo bonito es que después de la tempestad los dos se serenan y siguen caminando juntos.


¿La historia se desarrolla a través de un paralelismo entre los hombres de letras y los hombres de armas?

Todo empezó por Unamuno y su famoso discurso, que no es ni más ni menos que su toma final de posición ante el conflicto armado. Unamuno viene a decir que aquellos muy mal, pero estos peor, y lo sorprendente es que lo hace en el escenario más peligroso para él: durante la Fiesta de la Exaltación de la Raza, sabiendo que otros intelectuales como García Lorca ya habían sido asesinados sin siquiera haberse manifestado. Se jugó la vida, literalmente, y demostró un valor que posiblemente a muchos nos habría faltado.

Y por otro lado tenemos la historia de cómo se desarrolla el conflicto y cómo se articula el poder entre los generales sublevados. Es la toma del poder por parte del hombre de armas, Franco, y la toma de conciencia por parte del hombre de letras, Unamuno. Las dos tramas discurren paralelas durante gran parte de la película y cobran todo el sentido cuando Franco y Unamuno acaban reuniéndose.


¿Asistimos en la película a un momento de importancia histórica para España y al mismo tiempo en la vida de un mito? ¿Habéis contado con el apoyo de la familia para reconstruir ese proceso íntimo del escritor?

Teníamos claro que no queríamos hacer un panegírico sin más de la figura de Unamuno, y a la vez queríamos contar con el apoyo y la colaboración de su familia. Ellos leyeron el guion y fueron respetuosos, aunque dada la propia controversia que generaba y genera a día de hoy el personaje, hay puntos sobre los que no existe unanimidad: uno de ellos es si donó o no a los sublevados 5.000 pesetas.

A pesar de que la figura de Unamuno cuenta con grandes expertos y biógrafos, como Jean-Claude y Colette Rabaté, decidimos prescindir de asesoramiento directo para no estar condicionados a la hora de recrear el personaje, aunque por supuesto antes de escribir nos sumergimos en la bibliografía existente, incluida la del propio Unamuno. En estas cuestiones, como en las más espinosas relativas a la guerra, mi actitud fue siempre la de recopilar la mayor cantidad de información posible antes de tomar la decisión final en el guion.

Sinceramente, creo que la película es un retrato fiel de lo que debió sentir Unamuno en esos meses, acorralado en Salamanca, en su casa, repudiado por antiguos amigos y adulado por futuros enemigos. Un auténtico viacrucis para él, que desde el punto de vista dramático es oro, porque ves a un personaje que va cambiando, creciendo y rebelándose.


¿Experimentó Francisco Franco conflictos internos parecidos en aquellos meses?

Para empezar, todos creemos tener una imagen de Franco. Franco flota a nuestro alrededor como una entelequia, pero yo creo que a Franco lo ha conocido realmente muy poca gente. Era un personaje impenetrable hasta para sus colaboradores más próximos, que además se fue reinventando a sí mismo y construyendo una imagen a través de la propaganda del régimen. El personaje que intentamos retratar en esta película es un Franco pocas veces visto antes, es el tipo que busca secretamente convertirse en el “emperador” de todo esto. Me pregunto hasta qué punto eran conscientes Unamuno y sus contemporáneos de que la intención de Franco era precisamente esa. Seguramente muy pocos lo vieron venir. En una escena de la película se ve cómo reinstaura en su cuartel la bandera monárquica, cómo recupera la marcha real… En algún momento, en su cabeza, vio un camino clarísimo para sustituir al rey cuando éste se fue de España.

Franco se había convertido en el general más joven de Europa en aquel momento y poco a poco buscó la jugada perfecta. Fue casi como una carambola: muere Sanjurjo y, de repente, ahí está él. Es además un hombre nada clerical que, al poco de comenzar la guerra, entiende que asociar ésta a las Cruzadas o a la Reconquista dará una dimensión épica a su campaña. En este giro eclesiástico estuvo influido sin duda por su mujer Carmen.



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jueves, 19 de septiembre de 2019

CRONICA DE LOS ACTOS DE LAS JORNADAS DE MEMORIA HISTORICA EN PUERTO REAL

El laboratorio se ha marcado como objetivo concluir todos los análisis, tanto los de Puerto Real como el resto de análisis pendientes, antes de que finalice este año. Del mismo modo, la información sobre este calendario de análisis para terminar todos los casos pendientes, se la han trasmitido ya desde el laboratorio a la responsable del Comisionado para la Concordia de la Consejería de Cultura...
El laboratorio se ha marcado como objetivo concluir todos los análisis, tanto los de Puerto Real como el resto de análisis pendientes, antes de que finalice este año. Del mismo modo, la información sobre este calendario de análisis para terminar todos los casos pendientes, se la han trasmitido ya desde el laboratorio a la responsable del Comisionado para la Concordia de la Consejería de Cultura...

CRÓNICA DE LOS ACTOS DE LAS JORNADAS DE MEMORIA HISTORICA EN PUERTO REAL. 

LA DECIMOCUARTA EDICIÓN DE ESTAS JORNADAS SE CELEBRÓ UNA VEZ MÁS EN PUERTO REAL, LOS DÍAS 06 Y 08 DE SEPTIEMBRE DE 2019, CON LA NOTICIA DE LA CULMINACIÓN DE TODOS LOS ANÁLISIS DE ADN PENDIENTES PARA ANTES DE FINALES DE AÑO.


Día primero:  Viernes, 06 de septiembre.

En el Centro Cultural San José,  y con una sala completamente llena, se contó  con la presencia del periodista Juan Miguel Baquero, especialista en Memoria Histórica y Derechos Humanos, colaborador del periódico Eldiario.es,  autor de "El país de la desmemoria" (Roca Editorial) y de los libros "Las huellas en la tierra" y "Que fuera mi tierra", este último reconocido con el Premio Chaves Nogales al mejor libro periodístico del año 2016 sobre intervenciones en fosas comunes del franquismo en Andalucía.

Juan Miguel ha recorrido la inmensa mayoría de fosas comunes que existen en Andalucía plasmando en sus libros las fotos y entrevistas a familiares y asociaciones, la barbarie y la represión ejercida por esa jauría de criminales fascistas. Juan Miguel también ha sufrido en su familia la represión franquista.

Presentó su libro "Las huellas en la tierra" con proyección de diapositivas en las intervenciones arqueológicas en fosas de Andalucía para pasar luego a desarrollar el contenido de su ultimo libro "El país de la desmemoria", el cual se divide en una serie de capítulos que, a la manera de ensayos independientes, nos permiten adentrarnos en los puntos clave de un relato de sufrimiento, destacando qué pasó y por qué pasó. Todo ello sin olvidarse de señalar a los responsables con rigor periodístico en una investigación en la que queda claro que hay una parte de nuestra historia que desconocemos o que han querido que desconozcamos.

Una vez terminada su presentación, que fue bastante aplaudida por los allí presentes, se procedió a un  debate entre los asistentes y a la firma de los libros presentados por el autor.


Día segundo:  Domingo, 08 de septiembre.

En el Cementerio Municipal de San Roque, y con la asistencia de dos centenares de personas, se celebró el XIV acto de Concentración y Homenaje a las personas que fueron vilmente asesinadas por el régimen franquista.

El responsable del mismo, Paco Aragón, se dirigió a los asistentes para informar del contenido de dicha actividad que se desarrolló en cuatro partes: lectura de un comunicado, recital de una poesía, emisión por megafonía de la canción “Desaparecidos”, de Daniel Viglietti y de Mario Benedetti, y ofrenda floral a pie del monolito donde se hallan inscritos los nombres de más de 120 personas y que fue inaugurado en Junio de 2005. 

Enlazando con la ofrenda floral, los asistentes finalizaron el acto desplazándose hasta el lugar donde había estado ubicada la fosa común. 

Durante la lectura del Comunicado realizada por Paco Aragón, se puso de relieve la tardanza de los resultados de los análisis de las muestras de ADN, tanto de los restos óseos como de los familiares, y se leyó íntegra y textualmente la contestación que hizo el Laboratorio Genyos de Granada por correo electrónico a Paco Aragón cuando éste les solicitó previamente información acerca de dichos resultados.

Según responsables del laboratorio, se admite la existencia de un desajuste con los análisis debido a "diversas circunstancias" y se expone que las muestras de las víctimas de Puerto Real se han llevado mucho tiempo en la Universidad únicamente bajo custodia.

Pero, tras la firma del convenio realizado el pasado 11 de septiembre de 2018, se pudo dar inicio a la dinámica de análisis y pagos.

"Concretamente se pagaron el análisis de las muestras de los familiares el 28 de Diciembre pasado, esto nos permitió avanzar y como te comentaba, el análisis de estas muestras se llevó a cabo incluso antes del pago. Con respecto a las 185 muestras de las víctimas, comenzamos a trabajar, pero debido al número de muestras y a la complejidad que tienen los estudios, estamos teniendo un ritmo de análisis mucho más lento del que nos gustaría. Esto nos ha hecho redefinir nuestro modo de trabajo y también el plantear el adelanto del pago por los análisis sobre todo en casos con un número importante de muestras de víctimas para disponer de los reactivos necesarios."

De acuerdo con esta nueva planificación, o redefinición del modo de trabajo, el laboratorio se ha marcado como objetivo concluir todos los análisis, tanto los de Puerto Real como el resto de análisis pendientes, antes de que finalice este año. Del mismo modo, la información sobre este calendario de análisis para terminar todos los casos pendientes, se la han trasmitido ya desde el laboratorio a la responsable del Comisionado para la Concordia de la Consejería de Cultura.

"Para ello vamos a realizar la compra de más equipamiento de análisis y contratación de personal técnico y de este modo cumplir con los objetivos de análisis a los que estamos obligados fundamentalmente por daros respuesta a los familiares."

Siguiendo con la lectura del Comunicado, se informó de que, una vez obtenidos los resultados de los análisis, los familiares de las víctimas serán convocados en el Ayuntamiento de Puerto Real por el Secretario para comunicarles en sobre cerrado el resultado obtenido de los análisis en presencia de miembros de la Alcaldía, de la Asociación de la localidad y de la Junta de Andalucía.

Por otra parte, aquellos casos en los que los resultados hayan sido positivos serán tomados aparte para posteriormente hacer un acto de entrega a los familiares de las víctimas de las cajas con los restos correspondientes de las víctimas, finalizando el protocolo de entrega en un acto oficial donde participarán todas las partes implicadas.

El contenido del Comunicado, que finalizaba con la frase "Ni olvido, ni perdón, tuvo también una alusión a la investigación realizada por la Dirección General de los Registros y del Notariado del Ministerio de Justicia, y especialmente a la publicación en el B.O.E. del día 09 de agosto de un  listado de 4.427 españoles muertos en los campos de concentración nazis austríacos de Mauthausen y de Gusen, entre los que se encontraba Manuel Bolaños Díaz, natural de Puerto Real.

Entre los procedimientos represivos ejercidos por parte de los golpistas, se hizo mención del genocicidio cometido físicamente, como los fusilamientos masivos y las desapariciones sistemáticas. Asimismo, se hizo referencia a los encarcelamientos "por centenares de miles", a los campos de internamiento y trabajos forzados; a la institucionalización de las torturas "más refinadas"; a la exposición pública de los "símbolos del terror", como los cadáveres tirados en las cunetas o  los "signos del poder represivo"; a los comportamientos arbitrarios con los sometidos para que "no supieran nunca a qué atenerse, ni cómo enfrentar situaciones"; al control exhaustivo de todo, como "irrupción forzada en domicilios" o "vigilancia de gestos, actitudes, expresiones y juicios verbales"; a la represión inmediata de "toda insinuación de protesta"; a la división radical de categorías ciudadanas, entre "afectos y desafectos"; al traslado del "terror" al interior de las familias donde la autocensura formaba parte de la educación de los hijos, forzando consecuentemente una complicidad "con los designios represivos de los opresores"; a la destrucción de bibliotecas, así como de documentación y de libros que procedían de los Ateneos y las organizaciones obreras; a la prohibición de acceso al público de otros libros "clasificados" por el franquismo; al  largo, desgarrador e irreversible exilio de "quienes perdieron su tierra de nacimiento"...

Después de la lectura del comunicado intervino Pepe Gómez, militante del Sindicato de Oficios Varios de la CNT-AIT de esta localidad para recitar un poema que narra la historia de Pedro Alarcón, la de su militancia en el Sindicato de Campesinos, la de su familia y la de la represión y asesinato que sufrió: 


TAN SOLO FUE, UN CAMPESINO…

A Pedro Alarcón, anarquista asesinado y desaparecido en 1936.

Tan solo fue un campesino honrado

De piel cuarteada y encalladas manos

Quien tras la yunta labra sueños vanos

Porque de otros son la  tierra y el arado.

Sin futuro sin vida mancillado

Con sus ojos veraces y cercanos

No encuentra la conciencia en sus paisanos

Y su puño se aprieta exasperado.


El dio un grito de lucha y de esperanza

Por la igualdad y el derecho a la tierra

No admite la infamia que el mal encierra

Y en su justo mirar su estrella alcanza.

Presa su hija y la vida envenenada

Un disparo brotó en la madrugada

Y en su pecho la sangre reclamada

Embozando la muerte su celada.


Su madre ya sentía desconsolada

Por la ausencia de amor a la alborada

Que es muerta la certeza y la mirada

De sus hijos sus nietos y su amada.

Solo queda el recuerdo entre nosotros

Y aquí estamos serenos unos pocos

Aventando de la hoguera el rescoldo

Que de lumbre y certeza, a lo más hondo.


Puede que desde el bosque rumoroso

Nos rueguen que no guardemos silencio

Que aunque ya sean nubes o simple musgo

Sus corazones laten en nosotros.

Se hace pues imperioso lo evidente

Que no alcanzan las placas y homenajes

Un marchar por el mundo sin ambages

Que dé vida al soñar de la simiente.


Son las cumbres aladas como rosas

Que abordan la injusticia sin temores

Y en sus pétalos rojos sin rencores

Ofrecieron sus vidas valerosas.

Nada más que decir sino el empeño

De pensar que en el tiempo ya pasado

La dignidad fue siempre lo más preciado


Y el ejemplo a seguir en nuestros sueños.



Fuente: 

http://puertoreal.cnt.es/denunicas-sindicales/6957-cronica-de-los-actos-de-las-jornadas-de-memoria-historica-en-puerto-real.html

viernes, 19 de julio de 2019

UNA CIUDAD GOBERNADA POR BARRICADAS

Algunos obreros llevaban en el bolsillo siempre una cuchara para ser utilizada como palanca para poder separar el primer adoquín del suelo, para acto seguido poder levantar una barricada...
Algunos obreros llevaban en el bolsillo siempre una cuchara para ser utilizada como palanca para poder separar el primer adoquín del suelo, para acto seguido poder levantar una barricada...

UNA CIUDAD GOBERNADA POR BARRICADAS.

DURANTE SEMANAS, A PARTIR DEL 19 DE JULIO DE 1936, BARCELONA ESTUVO CONTROLADA POR LA FEDERACIÓN DE BARRICADAS, UNA EXPERIENCIA ANARQUISTA QUE PRETENDÍA VIVIR OTRA CIUDAD Y LEVANTAR OTRO MAPA URBANO.

El poder, tal y como se había conocido, se había disuelto, emergiendo un nuevo contrapoder, pero un poder al fin y al cabo real, construido a partir de una historia previa en la que el control urbano y de los espacios de socialización estaban en manos de la clase obrera en la Barcelona desde comienzos de siglo. Cuando se produjo el levantamiento fascista, inmediatamente se levantaron barricadas en los principales barrios obreros, constituyendo un órgano de poder urbano sobre el que giraría la resistencia antifascista en aquellos primeros días, la Federación de Barricadas. Un intento similar, aunque bajo un contexto distinto, fueron las barricadas anarquistas levantadas durante la Semana Trágica de Barcelona, donde los barrios obreros vivieron un festín revolucionario y se levantaron decenas de barricadas. Pero también la experiencia tenía sus antecedentes más allá de las fronteras catalanas, con la legendaria resistencia parisina en los días de la Comuna de París o, más recientemente, en los combates urbanos durante la revolución alemana en Berlín (1918-1919), entre otras. 

BARRICADAS DURANTE LA SEMANA TRÁGICA DE BARCELONA (1909).
Barricadas durante la Semana Trágica de Barcelona (1909).

BARRICADAS DE LA COMUNA DE PARÍS, ABRIL 1871. ESQUINA DE LA PLACE DE L'HÔTEL-DE-VILLE Y LA RUE DE RIVOLI.
Barricadas de la Comuna de París, abril 1871. Esquina de la Place de L'Hôtel-de-Ville y la Rue de Rivoli.

ESPARTAQUISTAS LEVANTAN BARRICADAS EN EL CENTRO DE BERLÍN (MARZO DE 1919).
Espartaquistas levantan barricadas en el centro de Berlín (marzo de 1919).

También, además de dominar el espacio urbano y coordinar las acciones de defensa, la Federación de Barricadas sirvió para el suministro de alimentos de las barriadas o como «ente» por medio del cual cualquier persona podía integrarse en la milicia. Las barricadas no solamente tenían una función práctica sino también simbólica: eran fronteras de clase, delimitando otro mapa alternativo de la ciudad, convertida ahora en intrincado laberinto que había que atravesar a través de puestos fronterizos y, de este modo, se establecían otras relaciones. Según Josep Antoni Pimentel, autor de Barricada. Una historia de la Barcelona revolucionaria, «algunos obreros llevaban en el bolsillo siempre una cuchara para ser utilizada como palanca para poder separar el primer adoquín del suelo, para acto seguido poder levantar una barricada»

En los días de euforia revolucionaria y huelga general que siguieron a la derrota del golpe militar, los obreros armados extendieron su poder a lo largo de Cataluña y hasta Valencia y Aragón a través de una red de puestos de vigilancia...
En los días de euforia revolucionaria y huelga general que siguieron a la derrota del golpe militar, los obreros armados extendieron su poder a lo largo de Cataluña y hasta Valencia y Aragón a través de una red de puestos de vigilancia...

Durante la noche del 19 de julio, mientras arrancaba la revolución social, no existía más poder en Barcelona que el de las cientos de barricadas, tras las que se veían obreros armados, guardias semiuniformados o anarquistas pistola en mano. Eran las redes armadas formadas por distintos comités revolucionarios. El laberinto de barricadas era la antesala de un nuevo orden social. Tal y como afirma Chris Ealham en su maravilloso La lucha por Barcelona. Clase, cultura y conflicto (1898-1937), editado por Alianza Editorial en 2005, «la oficina del Sindicato de la Construcción, en la calle Mercaders del Raval, fue otro centro operativo importante, desde donde se coordinó la actividad de varias barricadas cercanas». Sin embargo, su centro neurálgico estaba en el cuartel, ahora en manos anarquistas, de Pedralbes, llamado popularmente «cuartel Bakunin». Al mismo tiempo, mientras obstaculizaban el movimiento de los soldados rebeldes, que desconocían la intrincada topografía de barrios como el Raval, las barricadas sirvieron para inspirar un sentimiento de solidaridad urbana desde abajo: «No solo sirvieron para trastornar los ritmos y conductores de poder dentro de la antigua ciudad burguesa –narra Ealham-, sino que además, en los días de euforia revolucionaria y huelga general que siguieron a la derrota del golpe militar, los obreros armados extendieron su poder a lo largo de Cataluña y hasta Valencia y Aragón a través de una red de puestos de vigilancia».

Los órganos de poder más o menos organizados eran el Comité Central de Milicias Antifascistas (CCMA) y, posteriormente, una semana más tarde, los comités de barrio, como expresión del poder obtenido por los comités de defensa. Muchas fueron desmanteladas poco después, cuando desde la CNT se hizo un llamamiento a regresar al trabajo. Había otras tareas que cumplir, entre ellas organizar una ciudad compleja para afrontar los terribles desafíos que se avecinaban. Para no impedir la circulación de autobuses y tranvías, ahora bajo control obrero, se derribaron las que cortaban las calles, pero el resto se mantuvo. La Federación de Barricadas tuvo una efímera existencia, pero su imagen quedó marcada como una de las más poderosas de la revolución social, sus primeros momentos, o los días en que una ciudad y un país soñó con un mundo nuevo


Fuente: 



jueves, 18 de julio de 2019

18 DE JULIO

Los generales que habían de tomar el mando de las fuerzas sublevadas pensaban que sólo unos pocos se opondrían. Y la resistencia de los obreros organizados en los sindicatos  podría ser dominada “enseguida”...
Los generales que habían de tomar el mando de las fuerzas sublevadas pensaban que sólo unos pocos se opondrían. Y la resistencia de los obreros organizados en los sindicatos  podría ser dominada “enseguida”...  

18 DE JULIO.

LA SUBLEVACIÓN MILITAR DE JULIO DE 1936 Y LA GUERRA CIVIL QUE PROVOCÓ SE CONVIRTIERON EN ACONTECIMIENTOS FUNDAMENTALES DE LA DICTADURA DE FRANCO.

(Por Julián Casanova)


Desde febrero de 1936 la prensa católica y de extrema derecha incitaban a la rebelión frente al desorden que atribuían al “Gobierno tiránico del Frente Popular”, “enemigo de Dios y de la Iglesia”. La CEDA inició un proceso de acercamiento definitivo a las posiciones autoritarias, que era muy visible desde hacía ya meses en sus juventudes, en el lenguaje y saludo fascista que utilizaban y en los uniformes que vestían.

A partir de la derrota electoral de febrero de 1936, todos captaron el mensaje: había que abandonar las urnas y tomar las armas. El lenguaje integrista, el del “derecho a la rebeldía” al que había apelado ya en un libro de 1934 el canónigo magistral de Salamanca Aniceto Castro Albarrán, el de una rebelión en forma de cruzada patriótica y religiosa contra la República atea, ganó adeptos. Las Juventudes de Acción Popular engrosaban las filas de Falange, alrededor de quince mil afiliados se pasaron de una organización a otra, y Gil Robles secundaba en las Cortes la violencia verbal y antisistema de José Calvo Sotelo.

Pero toda esa ofensiva de las viejas oligarquías servidoras de la Monarquía y de las masas católicas de la CEDA no habría dado los frutos deseados, echar abajo la República y extirpar la amenaza socialista y libertaria, si no hubiera podido contar con las armas de un sector importante del Ejército.

De la organización de la conspiración se encargaron algunos militares de extrema derecha y la Unión Militar Española (UME), una organización semisecreta, antiizquierdista, que incluía a unos cuantos centenares de jefes y oficiales. El 8 de marzo de 1936, Francisco Franco, los generales Mola, Orgaz, Villegas, Fanjul, Rodríguez del Barrio, García de Herrán, Varela, González Carrasco, Ponte, Saliquet y el teniente coronel Valentín Galarza se reunieron en Madrid, en casa de José Delgado, corredor de bolsa y amigo de Gil Robles, “para acordar un alzamiento que restableciera el orden en el interior y el prestigio internacional de España”, según consta en los documentos conservados sobre “la preparación y desarrollo del Alzamiento Nacional. Y los asistentes mostraron también su acuerdo en que el general Sanjurjo, que vivía entonces en Portugal, encabezara la sublevación.

Ése era el plan: una sublevación, con toda la violencia necesaria, y un rápido triunfo. Las cosas no salieron así y lo que resultó de esa sublevación fue una larga guerra civil de casi tres años...
Ése era el plan: una sublevación, con toda la violencia necesaria, y un rápido triunfo. Las cosas no salieron así y lo que resultó de esa sublevación fue una larga guerra civil de casi tres años...

Los generales que habían de tomar el mando de las fuerzas sublevadas sabían que una buena parte de los oficiales eran partidarios de la rebelión. Pensaban que sólo unos pocos se opondrían. Y la resistencia de los obreros organizados en los sindicatos, que la preveían fuerte en Madrid, Zaragoza, Sevilla y Barcelona, podría ser dominada “enseguida”. Ése era el plan: una sublevación, con toda la violencia necesaria, y un rápido triunfo. Las cosas no salieron así y lo que resultó de esa sublevación fue una larga guerra civil de casi tres años.

A finales de julio, la suerte del golpe militar estaba echada. Había triunfado en casi todo el norte y noroeste de España: en Galicia, León, la vieja Castilla, Oviedo, Álava, Navarra, y en las tres capitales de Aragón; en las Islas Canarias y Baleares, excepto en Menorca; y en amplias zonas de Extremadura y Andalucía, incluidas las ciudades de Cáceres, Cádiz, Sevilla, Córdoba, Granada y, desde el 29 de julio, Huelva. El triunfo obligó a regar con sangre las calles y barrios de la mayoría de esas capitales. Para cortar de raíz las resistencias, los militares sublevados tuvieron que emplearse a fondo. En primer lugar, con sus propios compañeros militares fieles a la República o que se mostraron indecisos ante la sublevación. Aquel movimiento patriótico no podía permitir ninguna oposición. Y los que lo intentaron, lo pagaron, empezando por varios oficiales y jefes pasados por las armas sin dilación ni juicio en Tetuán y Melilla.

No era, por supuesto, la primera vez que los militares intentaban "salvar a la Patria". Pero la sublevación que en la tarde de aquel 17 de julio iniciaron en Melilla fuerzas del Tercio y Regulares no iba a ser una cualquiera, un mero pronunciamiento como había sucedido tantas veces en la historia contemporánea de España. Después de cinco años de República, de posibilidades de solucionar problemas irresueltos, de tiempos de inestabilidad y movilización política y social, se necesitaba una nueva versión, violenta y definitiva, puesta en marcha ya por los fascismos en otros lugares de Europa, que cerrara la crisis y restaurara, tapándolas de verdad, todas las fracturas abiertas –o agrandadas– por la experiencia republicana.

Si de salvadores se trataba, ahí estaba el general Francisco Franco, que creía, efectivamente, que ésa era su misión, salvar una Patria de la que no deberían formar parte los liberales, los republicanos, los militantes de las organizaciones obreras o los votantes del Frente Popular. Todos ellos eran izquierdistas, rojos, enemigos despreciables, ni más ni menos que las tribus contra las que tantas veces había combatido en África. "Sembrar el terror (...) eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros", declaraba el 19 de julio el general Mola, otro salvador.

Y ahí residía una de las claves de lo que se avecinaba: aniquilar a quien no pensara igual, "echar al carajo toda esa monserga de derechos del hombre, humanitarismo y filantropía", según proclamaba ese mismo día uno de sus subordinados, el coronel Marcelino Gavilán, al hacerse cargo por las armas del Gobierno Civil de Burgos. Borrar, en suma, del diccionario de la Lengua las palabras piedad y amnistía, que diría el general Gonzalo Queipo de LLano, el tercero en importancia, muerto Sanjurjo, de ese escalafón de salvadores. Frases para la historia, incitadoras de la violencia, y que Franco le repitió al periodista norteamericano Jay Allen el 28 de julio de 1936, quien, sorprendido por la estatura del general, "asombrosamente pequeña", sentenció: "Otro enano que quiere ser dictador".

La sublevación militar de julio de 1936 y la guerra civil que provocó se convirtieron en acontecimientos fundamentales de la dictadura de Franco, de su cultura excluyente, ultranacionalista y represiva.

Ninguna faceta de la vida política y social quedó al margen de esa construcción simbólica de la dictadura. El calendario de fiestas, instaurado oficialmente por una orden de Ramón Serrano Suñer de 9 de marzo de 1940, aunque algunas de ellas habían comenzado a celebrarse desde el comienzo de la guerra civil en el territorio ocupado por los militares rebeldes, resumía la voluntad y universo conmemorativos de los vencedores.

Se restauraron, en primer lugar, las fiestas religiosas suprimidas por la República, desde la Epifanía a la Navidad. Junto a las religiosas, se subrayaban las de carácter tradicional de "la verdadera España" –el Dos de Mayo y el 12 de octubre-. Pero las que definían ese nuevo universo simbólico de la dictadura eran las creadas para celebrar los nuevos valores e ideas puestos en marcha con el golpe de Estado y la guerra: el 1 de abril, “Día de la Victoria”; el 1 de octubre, “Día del Caudillo”; el 20 de noviembre, para recordar el fusilamiento del líder falangista José Antonio Primo de Rivera; y sobre todas las demás, el 18 de julio, “Día del Alzamiento”.

El 18 de julio fue el origen de la versión maniquea y manipuladora que la dictadura de Franco, apoyada por la Iglesia, transmitió de la guerra, del plebiscito armado: que el “Movimiento Nacional” encarnaba las virtudes de la mejor tradición cristina y el Gobierno republicano todos los vicios inherentes al comunismo ruso. Además de insistir en el bulo de que el “alzamiento militar” había frenado una revolución comunista planeada a fecha fija y de ofrecer la típica apología del orden, la tranquilidad y la justicia.

Fue la fiesta nacional durante casi cuarenta años. La conmemoración de un golpe de Estado que provocó una guerra civil como fiesta nacional. Con ese pasado, no es extraño que no haya un acuerdo sobre qué fiesta nacional celebrar en la democracia. Para unos, el 6 de diciembre, día de la Constitución; para otros, el 12 de octubre, que recuerda a Ramiro de Maeztu, la Hispanidad, la Raza Española, la Guardia Civil, la Virgen del Pilar. Y después están las fiestas autonómicas y regionales: unos celebrando viejos levantamientos comuneros o contra los Austrias, otros la opresión borbónica, otros con sus recuerdos patrióticos. Y todos inventando fiestas y tradiciones. Cosas de nuestra historia.


Fuentes: