martes, 27 de marzo de 2018

LAS MUJERES JEREZANAS VÍCTIMAS DEL GENOCIDIO FRANQUISTA FUERON 'DESTAPADAS' EN LA ZONA SUR DE JEREZ.

El acto fue presentado el pasado jueves 22 de marzo por Fátima Menesses, docente de la extensión en la Zona Sur del Centro de Educación Permanente 'Aljibe'.
El acto fue presentado el pasado jueves 22 de marzo por Fátima Menesses, docente de la extensión en la Zona Sur del Centro de Educación Permanente 'Aljibe'.


UN NUTRIDO GRUPO DE ESTUDIANTES DE TODAS LAS EDADES PARTICIPARON ACTIVAMENTE EN LA CONFERENCIA DE LA PRESIDENTA DE LA Asociación para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica 'Jerez Recuerda'.

EL INSTITUTO DE ENSEÑANZA SECUNDARIA 'SAN TELMO' SE VOLCÓ CEDIENDO SUS INSTALACIONES PARA LA CELEBRACIÓN DEL ACTO QUE ORGANIZÓ CONJUNTAMENTE CON LA EXTENSIÓN EN LA ZONA SUR DEL C.E.PER. 'Aljibe'.


Con el nombre "Destapar para ver la verdad: memoria de las jerezanas víctimas de la represión franquista", el acto fue presentado el pasado jueves 22 de marzo por Fátima Menesses, docente de la extensión en la Zona Sur del Centro de Educación Permanente 'Aljibe', informando a la concurrencia de la existencia de una iniciativa de la Junta de Andalucía para promover los programas de investigación y de divulgación de la 'Memoria Histórica' en Andalucía, haciendo clara alusión al Acuerdo de 30 de enero de 2018, del Consejo de Gobierno, por el que se aprueba la formulación del I Plan Andaluz de Memoria Democrática 2018-2022.

El lugar elegido para el evento no fue por casualidad, pues las instalaciones del Instituto de Enseñanza Media 'San Telmo' no sólo están reservadas para las actividades propias del centro, sino que además la dirección de éste cede generosamente parte de su infraestructura para facilitar la tarea del C.E.PER 'Aljibe' colaborando conjuntamente en el acercamiento de la educación a un sector de la población, que por las propias características orográficas del terreno, se ve enfrentada a una barrera de accesibilidad natural complicada para el alumnado de más edad o con discapacidad física, apostando en consecuencia por una mayor integración social. 

La profesora Navarrete Prieto, miembro del Departamento de Ciencias Naturales  y directora del Instituto 'San Telmo', hizo partícipe del evento a un grupo de jóvenes estudiantes que trabajan en un proyecto científico de este Instituto con el fin de presenciar in situ los resultados positivos que da la utilización del método científico en todas las ramas del saber. De esta manera, quiso ofrecer un ejemplo directo a su joven grupo de científicos de la aplicación de este método en la investigación histórica que, en el caso de la Memoria Histórica, y más concretamente en el de los pioneros trabajos de la Presidenta de 'Jerez Recuerda', hacen germinar el fruto en forma de descubrimiento de las biografías olvidadas de las mujeres represaliadas por el golpismo de 1936 y por la dictadura franquista.   

Ante los ojos de asombro y perplejidad de las personas más jóvenes -y de otras no tan jóvenes- y los movimientos de asentimiento de muchas cabezas femeninas del grupo de educación de personas adultas, la Presidenta de nuestra Asociación para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica 'Jerez Recuerda', María José Ruiz, destapó los casos de Carmen Hombre Ponzoa, de María Luisa Cobo(s) Peña[1] y de Juana Aguilar Pazos (“La Moricha”). Tres mujeres que coincidieron en el tiempo, cuyas biografías y anécdotas más sobresalientes fueron desmenuzadas, así como algunos aspectos de las circunstancias que las rodearon como víctimas de las terribles consecuencias de aquellos episodios históricos. 


La Directora Navarrete Prieto junto a la Presidenta de 'Jerez Recuerda' , la representante del alumnado de 'Aljibe' y jóvenes integrantes del grupo de investigación científica del Instituto 'San Telmo'.
La Directora Navarrete Prieto (derecha) junto a la Presidenta de 'Jerez Recuerda' , la representante del alumnado de 'Aljibe' y jóvenes integrantes del grupo de investigación científica del Instituto 'San Telmo'.

La intervención de la Presidenta de 'Jerez Recuerda' también sirvió para hacer memoria  de la "memoria histórica de Jerez" y recordar que la imposición de los nombres de estas mujeres en el nomenclátor callejero de Jerez  fue gracias a la labor desarrollada por la Plataforma de Apoyo a las Mujeres de la II República, durante los años noventa del siglo pasado. De esta manera, y según declaraciones realizadas para este medio, "doy a conocer mis motivaciones personales y las de los compañeros y compañeras... Es una forma de hacer justicia histórica con los colaboradores, investigadores, etc...".

El trabajo de recuperar la memoria histórica, afirmó la ponente, "no ha sido tan fácil, y se ha tenido que dar muchos rodeos muchas veces, y afortunadamente (la gente) se van convenciendo; se van mentalizando...". Estas palabras las decía mientras  evocaba las sorpresas que se iba encontrando en aquellas fechas durante el desarrollo de su trabajo. Lo mismo entrevistaba a familias de víctimas, que sin pudor alguno respondía que "si a su propio abuelo o a su tío los mataron, sería por algo", que solicitaba una firma para un manifiesto "una asociación que está apoyando a los insumisos y te dicen que no por toda la cara, porque eso es 'abrir viejas heridas'... ". 

El punto de partida del encuentro con estas mujeres se dio en 1993, comenta la investigadora, cuando un amigo en común de ella y del actual Secretario de la Asociación 'Jerez Recuerda', decidió presentarle a unas personas que habían sufrido la guerra, la dictadura o el exilio, debido al interés que había puesto ella en recuperar las historias de mujeres de los años 30, y a que también él era familiar de represaliado.  De este modo, María José Ruiz, quiso recordar a dos de estos testigos directos que le abrieron las puertas del conocimiento de la identidad de estas mujeres, siendo uno Antonio Valle y otro Manuel Alconchel.

También recordó que un núcleo importante de estas personas colaboradoras e investigadoras de aquella Plataforma son las mismas que ayudaron a cofundar en el año 2004 la Asociación para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica 'Jerez Recuerda' y que, desde entonces, siguen activ@s a pesar del intento de propagación de ciertos bulos que se han llegado a difundir con el fin de realizar un diagnóstico equivocado cuando se ha querido borrar a propósito esa parte de 'memoria de la memoria histórica de jerez', intoxicando la realidad con argumentos espurios y fines no menos oscuros.

Entre las anécdotas más destacadas que la Presidenta de esta Asociación recordó, llamó especial atención cuando rememoraba las investigaciones de las biografías de estas mujeres a las que apenas nadie conocía en los primeros años noventa del siglo XX. Nadie... Salvo los más mayores que participaron en los acontecimientos históricos o los que vivieron la represión golpista de 1936. Recordó que en el paréntesis temporal de los años 93-95 la 'memoria histórica' era aún más complicada porque los familiares de las víctimas eran muy reacios a abrirse para contar los detalles de los sucesos represivos sufridos por sus  parientes y temían dar a conocer las historias  de  sus  familias por  temor a "significarse"  de  alguna  forma. Muchos  de  ellos solían  advertir  del  peligro que  podía correr la investigadora  si  seguía recopilando  datos,  preguntando  a vecinos  e indagando de un lado a otro.

De  hecho,  en aquellos años  pudo observar que durante un tiempo un individuo muy sospechoso  estuvo siguiendo  sus  pasos  a todos  los  sitios  a los que se  dirigía... Era otra época, y el simple acto de investigar secuestros, asesinatos, torturas, encarcelamientos y persecuciones que se habían producido en Jerez de la Frontera a partir de julio de 1936, y durante toda la dictadura, era un tema todavía tabú en una ciudad donde, incluso hoy en día, cuesta hablar y opinar abierta y libremente sin que los intereses ideológicos y políticos de todos los niveles se injiera impidiendo un debate íntegro y honesto sobre la defensa de los derechos humanos que derive en una acción fructífera sin complejos ni intereses extraños.

Luego, cuando llegó la Ley  de  Memoria  Histórica en el 2007,  la situación mejoró sensiblemente, pero los bulos y las mentiras del franquismo habían calado profundamente y aún permanecían los estereotipos. En el  caso de  las  mujeres,  eran  muy comunes los que estaban relacionados  con su reputación y  su honra, ya que formaba parte de los castigos infligidos -más allá de los rapados o ingestas de aceite de ricino-, además de las  persecuciones, los asesinatos y  las  torturas que también solían padecer los  hombres.  

Según nos comenta la investigadora, el reto que tenía entre manos era enorme, y la dificultad para despejar las dudas sobre las circunstancias que rodearon a estas mujeres era más que evidente. Tenía que empezar desde cero y hallar, con más interés si cabe, la verdadera identidad de cada una de las víctimas. Había que utilizar un método de investigación y "contrastar en varias fuentes las informaciones que ibas obteniendo"...

En el caso de Carmen Hombre Ponzoa, por ejemplo, se llevó casi seis meses preguntando a vecinos de la calle en donde había vivido antes del 18 de julio de 1936, y nadie le supo decir ni su nombre ni su profesión, sólo se sabía su apodo, 'La Estanquera'. Más bien se solía encontrar con especulaciones sobre su "mal vivir", llenas de falsedades y muy alejadas de la realidad. Por fortuna, y conforme avanzaba en sus pesquisas, fue descubriendo -igual que en los otros dos casos mencionados- una realidad distinta ubicada en las antípodas de los bulos y habladurías de quienes justificaban de esta manera su cruel asesinato a manos de sus verdugos.

De hecho, la acción que implementó para rehabilitar y dignificar a las víctimas no sólo fue desde la vía de la investigación histórica sino también desde la de la acción social, cofundando la mencionada Plataforma de Apoyo a las Mujeres de la II República que sirvió para realizar diferentes actividades, tales como la realización y difusión de una campaña de recogida de firmas a nivel andaluz con el fin de solicitar a los gobiernos municipales de los ayuntamientos de Cádiz, Jerez y Trebujena la introducción de los nombres de estas mujeres en el nomenclátor callejero de estos tres municipios.

Con este objetivo hubo contactos y reuniones a dos niveles, el institucional y el social, siendo precisamente el Centro Cultural de Adultos 'Trille', de Cádiz, el primero en ser visitado para dar una 'charla' y explicar la situación en dicho lugar donde acudieron vecin@s y personas relacionadas con la política gaditana. En Trebujena, por ejemplo, se llegó a organizar en uno de los salones de la Casa Consistorial una reunión con las personas más mayores que llegaron a conocer a Juana Aguilar Pazos, quienes aportaron gran parte de la información de su caso que se complementó con otro tipo de información obtenida en Jerez.

Pero uno de  los  momentos  más  emocionantes  que recuerda ella como "algo inolvidable" de  aquel  proceso en Trebujena, ocurrió  el  día  08 de  marzo de  1995, con motivo de la  entrega  de  las firmas,  en una fiesta organizada por  el  Ayuntamiento del pueblo. En esa ocasión fue allí acompañada por el pastor protestante de la Iglesia Evangélica, Julián Pérez, quien además de ser familiar de víctimas, también fue testigo de  su  participación en aquel  acto  y  de  la petición  oficial  de  las  calles.

Según siguió evocando María José Ruiz -también de forma inolvidable-, destacó el trabajo realizado en el municipio de Jerez de la Frontera. Todas las asociaciones y organizaciones sindicales y políticas a las que se dirigieron los miembros de la Plataforma estamparon su sello o firma para esta campaña, excepto el mencionado grupo pacifista 

Tras esta merecida mención de aquella Plataforma, también tuvo palabras para el repaso de los innumerables trabajos realizados desde la Asociación para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica 'Jerez Recuerda', siendo los más provechosos desde la triple perspectiva investigación-difusión-acción, a pesar de la existencia de alguna dificultad que otra derivada de la consecuente determinación de la Asociación por salvaguardar la independencia como grupo con el fin de garantizar la objetividad necesaria, en oposición a la intoxicación que suele germinar de la falta de rigor y de la dependencia partidista o ideológica.


Un momento de la conferencia de María José Ruiz. En la imagen se ve a parte del público cómo hojea el trabajo de investigación que acaba de entregar la Presidenta de la Asociación 'Jerez Recuerda'  para su difusión.
Un momento de la conferencia de María José Ruiz. En la imagen se ve a parte del público cómo hojea el trabajo de investigación que acaba de entregar la Presidenta de la Asociación 'Jerez Recuerda'  para su difusión.

De este modo, las víctimas son consideradas ante todo personas, evitando también esa politización partidista del dolor y el sufrimiento propia de algunas agrupaciones que demuestran tener en su praxis fines diferentes a la defensa de los derechos humanos. Lo que hace -y ha hecho- que el trabajo de recuperar la memoria histórica -de dignificar a las víctimas y de socializar el objeto de estudio-, como algo prioritario, sea más lento de lo que realmente podría haber resultado, si no hubieran interferido intereses ajenos a los humanitarios. 

Esto último podría haber sido la causa de que las víctimas hayan sido condenadas a permanecer fragmentadas en diferentes islas políticas, porque al haber primado durante décadas las simpatías ideológicas sobre la empatía con las víctimas, se ha roto posiblemente una necesaria coordinación conjunta en la acción, haciendo visibilizar como resultado una evidente falta de compromiso y de implicación de la sociedad en su conjunto. Todo ello habría hecho posible, por ejemplo, que la incógnita de las desapariciones forzadas siga vigente en pleno siglo XXI, que la legislación existente sea obsoleta, pudiéndose definir como deficitaria y partidista, y que exista cero euros en las partidas destinadas de los Presupuestos Generales del Estado para la Memoria Histórica.

La Presidenta de la Asociación 'Jerez Recuerda' tuvo que hacer mención a este pasado 08 de marzo y reconocer que no pudo dejar de acordarse de María Luisa Cobo(s) Peña cuando observó las grandes movilizaciones de mujeres de este año en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Recordó que esta mujer anarcofememinista había cofundado un sindicato denominado "Emancipación Femenina" que llegó a aglutinar en abril de 1936, el mismo día de su constitución, hasta tres mil mujeres en los locales del Sindicato, afiliando a 1.500 asociadas durante los dos primeros meses de su fundación.

Definió a las grandes movilizaciones del 08 de marzo de 2018 como fruto de aquella semilla de 1936, porque "este es el resultado de las luchas de las mujeres obreras". Denominó como "logro" el hecho de que actualmente las mujeres se movilicen en las calles porque tanto Carmen Hombre Ponzoa como María Luisa Cobo(s) Peña son "la semilla de lo que estamos viviendo hoy en día"

Tras el repaso a las biografías de las mujeres  mencionadas, quiso recordar que con el paso del tiempo las investigaciones se fueron ampliando hacia otros sectores, y se pudieron ver plasmadas en el pionero trabajo titulado “Las Cifras de la Represión en Jerez de la Frontera tras el Golpe de Estado Militar de 1936: Una Aproximación”. Un trabajo realizado desde la Asociación para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica 'Jerez Recuerda' en donde compilamos entre otras cosas una lista de 382 personas asesinadas. 


LAS CIFRAS DE LA REPRESIÓN EN JEREZ DE LA FRONTERA TRAS EL GOLPE MILITAR DE 1936: UNA APROXIMACIÓN. Segunda Edición. 2009
2ª Edición. 2009
Este trabajo tuvo su posterior reedición en el año 2009, la cual fue repartida entre el público de este jueves 22 de marzo en 'San Telmo', con una buena acogida, y al que la conferenciante advirtió que  no es definitivo porque se han encontrado más casos de víctimas tras la publicación de la obra que se irán incluyendo en un futuro próximo con una nueva edición.

El debate que surgió entre la asistencia enriqueció el acto que se completó con referencias a los familiares de las víctimas y al problema hallado de la aceptación, por parte de algunos de ellos, de los bulos franquistas referentes a la autoría de los crímenes, haciéndoles renegar de los suyos por una mala reputación inventada. También se puso de relieve el contraste oficial existente entre la situación de desprecio y  olvido hacia las víctimas y la del ensalzamiento de los golpistas y del genocidio en el nomenclátor callejero de nuestros pueblos y ciudades, poniendo de ejemplo el caso del famoso apologista José María Pemán que participó activamente, como se sabe, en el aparato represivo de los golpistas, alentando además al exterminio de otros seres humanos.

Derivó el tema hacia el agravio comparativo que supone el sufragar con dinero público le repatriación de los nazis españoles de la División Azul, que defendieron las ideas genocidas de Franco y  Hitler en el sitio de Leningrado, en oposición a la escandalosa existencia del mapa de las fosas del estado español, que se mantiene intacto debido al nulo presupuesto que el gobierno español destina para la exhumación de las víctimas del franquismo.

Frente a la idea de los "desaparecidos de la guerra civil" durante el transcurso de las diferentes intervenciones que animaron con generosidad el debate, surgiría una nueva que resumió la preocupación de quienes llevamos mucho tiempo trabajando en el tema, y que no es otra que la idea de "los desaparecidos del Cementerio de Santo Domingo". Las especulaciones son varias, quienes saben algo no quieren hablar, quienes hablan lo hacen poco y con mucho rodeo, dando pistas erróneas para que otros den palos de ciego, pero el misterio de la desaparición de los restos humanos pertenecientes a los "desaparecidos del golpismo del 36" en Jerez continúa. Es triste la ironía del destino, que otorga por partida doble la condición de 'desaparecidos' a las víctimas de la represión en nuestra ciudad, cuyas entrañas esconden un mensaje demoledor pendiente de desencriptar...

La tarde del pasado jueves 22 de marzo, a pesar del horario, fue muy fructífera y estuvo llena de agradecimientos hacia todas las personas que participaron.

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[1] Se añade "s" entre paréntesis, porque se ha podido observar que, a pesar de que en la documentación oficial se imprimía el apellido Cobo, en singular, ella misma sí firmaba sus cartas como Cobos,en plural, como nos recordó en  su día nuestro amigo Jesús María Montero Barrado, investigador, historiador y autor de "Anarcofeminismo en España. La revista Mujeres Libres antes de la Guerra Civil" (Madrid, FAL, 2003). 


[Nota de la Asociación para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica "Jerez Recuerda"]. 



Fuente: 

Asociación para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica 'Jerez Recuerda'

http://jerezrecuerda.blogspot.com.es/2018/03/las-mujeres-jerezanas-victimas-del.html

http://jerezrecuerda.blogspot.com.es/2017/03/marzo-historico-en-jerez-para-mujeres.html


viernes, 23 de marzo de 2018

XX EXPOSICIÓN DEL I.E.S. 'CASAS VIEJAS'

El IES Casas Viejas se complace en invitarles a su XX Exposición sobre la Historia y Patrimonio de Benalup-Casas Viejas.

XX EXPOSICIÓN DEL I.E.S. 'CASAS VIEJAS'


"El I.E.S. 'Casas Viejas' se complace en invitarles a su XX Exposición sobre la Historia y Patrimonio de Benalup-Casas Viejas.

Esta muestra titulada 'XX Exposiciones del IES Casas Viejas', realiza un profundo análisis de la historia y el patrimonio de Benalup-Casas Viejas a través de una retrospectiva de las anteriores exposiciones realizadas en el centro, aportando nuevos documentos gráficos no mostrados hasta la fecha.

Esta exposición estará abierta al público el jueves 22 de Marzo de 17:00 a 19:00 horas y el sábado 24 de Marzo de 11:00 a 13:00, pudiendo acceder a ella a través de la puerta principal de nuestro IES...

NO DUDÉIS EN VENIR A VISITARLA, REALMENTE MERECE LA PENA

P.D. Traeros instalado en el móvil un lector QR, así podréis disfrutar plenamente de la exposición..."

XX EXPOSICIÓN DEL I.E.S. 'CASAS VIEJAS'




Fuente: 



lunes, 19 de marzo de 2018

CONFERENCIA: 'DESTAPAR PARA VER LA VERDAD. MEMORIA DE LAS JEREZANAS VÍCTIMAS DE LA REPRESIÓN FRANQUISTA'

La Presidenta de la Asociación para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica 'Jerez Recuerda', María José Ruiz Piñero, participará en la "charla-coloquio" titulada "Destapar para ver la verdad: memoria de las jerezanas víctimas de la represión franquista", organizada por el Centro Público de Educación de Personas Adultas 'Aljibe' (C.E.PER Aljibe) y por el Instituto de Enseñanza Secundaria 'San Telmo' (I.E.S. San Telmo).

CHARLA-COLOQUIO: 'DESTAPAR PARA VER LA VERDAD. MEMORIA DE LAS JEREZANAS VÍCTIMAS DE LA REPRESIÓN FRANQUISTA'.

LA PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACIÓN DE LA JUSTICIA Y LA MEMORIA HISTÓRICA 'Jerez Recuerda' PARTICIPARÁ EN ESTA ACTIVIDAD ORGANIZADA POR EL C.E.PER Aljibe y el I.E.S. San Telmo.

En relación con las actividades que se están desarrollando en este mes de marzo, conmemorando en muchos lugares del mundo la fecha del 08 de marzo como "Día Internacional de la Mujer Trabajadora", la Presidenta de la Asociación para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica 'Jerez Recuerda', María José Ruiz Piñero, participará en la "charla-coloquio" titulada "Destapar para ver la verdad: memoria de las jerezanas víctimas de la represión franquista", organizada por el Centro Público de Educación de Personas Adultas 'Aljibe' (C.E.PER Aljibe) y por el Instituto de Enseñanza Secundaria 'San Telmo' (I.E.S. San Telmo).

El acto tendrá lugar en el Salón de Actos del I.E.S. San Telmo, en la ciudad de Jerez de la Frontera el próximo jueves día 22 de marzo de 2018, a las 16:30 horas



Fuente: 

C.E.PER Aljibe


miércoles, 7 de marzo de 2018

LAS RAPADAS DEL FRANQUISMO

El periódico madrileño AHORA publicó esta fotografía el 9 de octubre de 1936, explicando la agresión a estas mujeres: "Pilar Franco Sarasa, Matilde Paños Pachen y Lucía Estallo Ascaso, tres de las vecinas de La Peña que fueron rapadas por los fascistas y tuvieron que huir con sus hijos para que no las fusilaran".
El periódico madrileño AHORA publicó esta fotografía el 9 de octubre de 1936, explicando la agresión a estas mujeres: "Pilar Franco Sarasa, Matilde Paños Pachen y Lucía Estallo Ascaso, tres de las vecinas de La Peña que fueron rapadas por los fascistas y tuvieron que huir con sus hijos para que no las fusilaran".

LAS RAPADAS DEL FRANQUISMO. 

LA DICTADURA TAMBIÉN IMPUSO UN CASTIGO DE GÉNERO: DESPOJAR A LAS MUJERES Y LAS NIÑAS DEL CABELLO, UN ACTO QUE IBA ACOMPAÑADO DE UN RITUAL PÚBLICO DE HUMILLACIÓN.

(Por Nuria Alabao)

Solo quedan unas pocas fotografías de mujeres rapadas por los vencedores en la inmediata posguerra española. Un parco testimonio de un tipo de castigo que se dio de forma generalizada en casi todo el territorio, muchas veces hasta en pueblos diminutos, y que dice mucho de una época, de un régimen que nacía sobre la brutalidad sistemática y el intento de moldear una sociedad desde sus cimientos a partir de la derrota y la humillación. ¿Cómo se dio esa represión en las mujeres? ¿Hubo diferencias determinadas por el género? 

Si estas imágenes de mujeres rapadas nos impactan, el acto de despojar a las mujeres y las niñas de una de las principales marcas de género venía acompañado de todo un ritual público de humillación. Cuando eran detenidas se les obligaba a beber ricino, un poderoso laxante que provocaba diarreas, y se las paseaba por las calles para que defecasen mientras caminaban. En ocasiones, se las acompañaba de la banda del pueblo, o eran obligadas a cantar ellas mismas. Entre tanto, sufrían insultos y a veces pedradas y otras agresiones por parte de sus vecinos y vecinas. 

Mujeres rapadas que fueron represaliadas por 
ser familiares de izquierdistas en Oropesa (Toledo).

Se trataba de un castigo ejemplar para las mujeres que según los vencedores se habían salido de su papel “natural” al haber ejercido una política activa en el bando de los republicanos. La humillación como correctivo social. Una deshonra pública de carácter “instructivo”, que buscaba que toda la comunidad participase de la victoria ejerciendo de verdugo, o tuviese que fingir odio hacia esas mujeres que a veces eran amigas o vecinas, para dejar claro que también estaban en el bando de los vencedores. Si la práctica del ricino la introdujo la Falange copiándola de los Fasci di Combattimento italianos –que la usaban también contra hombres– los rituales públicos de humillación provienen de una tradición muy española: la Santa Inquisición. Los herejes, las brujas, los falsos conversos condenados algunos siglos antes, o los indígenas acusados de idolatría en las colonias, también eran deshonrados de la misma manera pública –con rapados incluidos– para buscar un impacto psicológico en la población. Una de las principales finalidades del derecho penal del Antiguo Régimen consistía en su capacidad aleccionadora. Así, el franquismo como restauración llegó vinculado a los principios reaccionarios a los que vino a proteger de la modernización que implicaban la República y la Revolución Social y sus nuevos valores y propuestas de organización del mundo. El castigo público funcionaba aquí como advertencia hacia futuras disidencias femeninas. 

Sin embargo, el involucionismo franquista no será el único en aplicar este tipo de penas de resonancias medievales. La Francia liberada se caracterizó por celebrar su victoria con la humillación de las mujeres francesas que habían tenido amantes alemanes y, sobre todo, hijos “de sangre alemana”. De ellas sí nos han quedado abundantes imágenes, incluso en cine, que dan testimonio del castigo destinado a las que estaban llamadas a preservar la pureza de la patria ultrajada y que traicionaron “su destino biológico y nacional”. Discurso propio de la época y de los distintos nacionalismos que desembocaron en la II Guerra Mundial


Mujeres para una revolución

En la República, pero sobre todo en el magma de ideas que se produjeron en las culturas obreras que dieron lugar a la Revolución Social, las mujeres tendrían un papel bastante diferente. El cambio de roles había empezado antes, pero las ideas del igualitarismo radical le darían un nuevo impulso. Durante el periodo republicano se consiguieron algunas conquistas importantes. Se eliminó una parte de la legislación discriminatoria que impedía participar a las mujeres en política y que mantenía su subordinación en el trabajo y en la familia. Durante la guerra, y sobre todo durante la revolución, las mujeres asumieron papeles hasta hace poco reservados a los hombres. La agrupación anarcosindicalista Mujeres Libres –que organizaba a las obreras pero en la que también se les enseñaba a conducir para que pudiesen participar en las tareas de guerra– llegó a tener más de 20.000 afiliadas en octubre del 38. La imagen de la miliciana condensó simbólicamente estas nuevas atribuciones de la mujer pública y luchadora, y por tanto, fue utilizada para demonizar y reprimir más duramente a las acusadas. En realidad, operará como fantasma, porque las milicianas fueron una minoría y se les expulsó del frente bastante pronto cuando el ejército se “profesionalizó” y relegó a las mujeres a la retaguardia. Sin embargo, esta será la acusación más fuerte de la represión franquista.

Elsa Omil Torres, hija de un emigrante gallego en Boston. Le sacaron la foto para el pasaporte que se usó en la prensa estadounidense para denunciar la represión que había sufrido.
En diciembre de 1936 ya eran pocos los carteles propagandísticos republicanos que utilizaban el icono de la miliciana, que fue sustituido por el de la “madre combatiente”. Sin embargo, como explica González Duro en 'Las Rapadas' (S.XXI), “las milicianas encarnaron el modelo contrario al que el régimen quería implantar”. Así, la represión contra las mujeres revolucionarias o republicanas “buscaba enviar un mensaje de presión a toda la sociedad de cuál debía ser el modelo de conducta femenino”, uno que las colocase en el espacio privado que “les era propio”, como explica Maud Joly

En general, las “rojas” para el franquismo fueron  aquellas mujeres que se habían comprometido en la defensa de la República o la Revolución, pero también –y aunque faltan datos que cuantifiquen su relevancia– simplemente esposas e hijas de “rojos”, de vencidos. Las mujeres se convirtieron en una pieza más de la guerra, en un terreno de combate. Consideradas como extensión del hombre, las penas recayeron muchas veces sobre ellas también. 


Represión generalizada

Naturalmente, el rapado del cabello y las purgas de ricino no fueron las únicas formas represalias. Ellas, como los hombres, fueron torturadas, recluidas en cárceles, forzadas a trabajar, fusiladas, enterradas en fosas comunes y sometidas a múltiples formas de exclusión social. El robo de bebés se convirtió en una práctica tan habitual que estuvo practicándose hasta prácticamente la llegada de la democracia. La victoria del campo nacional desató una violencia desmesurada pero no tan arbitraria como pueda parecer. El plan era borrar la Revolución Social, a buena parte de los obreros y obreras comprometidos con ella, exterminar su semilla y su memoria. 

Pero además, la represión tuvo condicionantes territoriales –murió más gente en Andalucía y Extremadura que en otros territorios, por ejemplo–; condicionantes de clase, y por supuesto, de género. Como explica Arcángel Bedmar, además del rapado y el ricino, muchas mujeres eran obligadas a limpiar el cuartel de la Guardia Civil, la sede de la Falange o la iglesia del pueblo o les prohibieron llevar luto por sus allegados. Las funcionarias –maestras, matronas, trabajadoras de correos– fueron expulsadas y se les prohibió trabajar condenándolas a la miseria. Por supuesto, había amenazas de agresión sexual, abusos y violaciones. Así como tenían que soportar el asedio de quienes les solicitaban favores sexuales a cambio de gestiones para favorecer a familiares encarcelados.

Y en general las mujeres se enfrentaron a la violación, una de las principales armas de cualquier guerra. El general Gonzalo Queipo de Llano –la máxima autoridad militar de Sevilla–, solo cinco días después de empezada la guerra civil, decía en la radio: “Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y, de paso, también a sus mujeres. Después de todo, estas comunistas y anarquistas se lo merecen, ¿no han estado jugando al amor libre? Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricas. No se van a librar por mucho que pataleen y forcejeen”.

Mujeres rapadas en el patio del Ayuntamiento de Montilla (Córdoba). Tras ser arrestadas, se les rapó la cabeza y se las forzó a ingerir aceite de ricino con sopas de pan, para que con el laxante “arrojaran el comunismo del cuerpo”. A algunas de estas mujeres se les dejaba un pequeño mechón de pelo en la cabeza en el que luego se les colocaba un lacito con los colores de la bandera monárquica.
Toda esta represión se articuló a partir de los discursos de sometimiento e invisibilidad de la mujer impuestos por el franquismo, y que barrieron los avances obtenidos en materia de ciudadanía femenina. Del rapado sistemático como forma de castigo, y pese a la extensión de su práctica, apenas ha empezado a hablarse hace poco porque el franquismo suprimió sistemáticamente tanto las conquistas de las mujeres como la memoria de la represión que hizo posible esta involución. 

La Sección Femenina de la Falange se ocupó de lo demás, reeducando a las mujeres en el papel social que los vencedores de la guerra habían diseñado para ellas: el de reproductoras y esposas dóciles alejadas de las luchas sociales, para que incluso pudiesen servir de freno a la participación política de sus maridos. Y cuando eso se fue rompiendo, cuando el miedo amainó y la sociedad ya era otra, cuando las mujeres –que nunca abandonaron las luchas– retomaron la primera línea de batalla durante la oleada de conflictos obreros de los 60 y 70, volvieron a raparlas. Eso les sucedió a Anita Sirgo y Tina Pérez, mujeres de mineros que participaron en las huelgas asturianas del 62, como parte de sus torturas en prisión.





Fuentes: 

http://ctxt.es/es/20171220/Politica/16779/rapadas-franquismo-mujeres-humillacion-Nuria-Alabao.htm#.Wjtu1CybmT0.twitter

https://arcangelbedmar.com/2017/02/13/la-fotografia-de-las-mujeres-peladas-en-montilla-durante-la-guerra-civil/


martes, 6 de marzo de 2018

EL GERNIKA TUROLENSE, ALCAÑIZ, NO TUVO A SU PICASSO

Resulta difícil entender cómo un bombardeo de esa magnitud quedó relegado en la historia, mientras que otros, como el de Gernika, están tan presentes...
Resulta difícil entender cómo un bombardeo de esa magnitud quedó relegado en la historia, mientras que otros, como el de Gernika, están tan presentes...

EL GERNIKA TUROLENSE, ALCAÑIZ, NO TUVO A SU PICASSO.

EL 3 DE MARZO SE CUMPLIERON 80 AÑOS DEL BOMBARDEO DE LA AVIACIÓN ITALIANA SOBRE LA LOCALIDAD TUROLENSE DE ALCAÑIZ, UNO DE LOS QUE MÁS VÍCTIMAS DEJÓ Y EL MÁS OLVIDADO POR LA HISTORIA. 

“Las imágenes del bombardeo…. Nunca lo he olvidado aunque ahora he perdido mucha memoria, pero el bombardeo… Una cosa así no se olvida nunca”. Elena Bardavío Julve (Alcañiz, 1924) acaba de cumplir 94 años. Sobrevivió al bombardeo del 3 de marzo de 1938. Las tropas de Franco entraron al pueblo nueve días después que las bombas, cuando muchos alcañizanos ya habían huido. Esa parte, la de la huida, Elena no la recuerda con detalle. Sabe que ella y su madre se escondieron en una cueva, que había más gente, que salían a buscar la comida por la noche y que tenían un quinqué que casi no se encendía para no dar señales de vida. No recuerda con exactitud en qué pueblo estaban, pero el bombardeo es otra cosa. De eso se acuerda perfectamente.

Tenía 14 años. Eran poco más de las cuatro de la tarde. Esperaba su turno en la cola de una tienda en la calle Mayor. Su madre le había dicho que fuera pronto porque, a última hora de la mañana, antes de cerrar, su número ya estaba próximo a despachar. A las 16:09 cayeron las primeras bombas.  “Otras veces sonaban las alarmas pero esa vez no”, dice Elena. El sonido que alertó del peligro fue una explosión. Alcañiz ya había sufrido dos pequeños bombardeos durante la Guerra y la población se había preparado. En el pueblo se construyeron o habilitaron entre 34 y 40 refugios antiaéreos con capacidad para más de 5.000 personas. “Mi madre me decía -recuerda Elena-, cuando toque la sirena, métete en seguida al refugio, y yo me escondía allí”.

Elena Bardavío Vi gente en el suelo, muertos o heridos, y los chicos que me llevaron me dijeron que no mirara, pero había gente muerta en la calle...
Elena Bardavío: "Vi gente en el suelo, muertos o heridos, y los chicos que me llevaron me dijeron que no mirara, pero había gente muerta en la calle..."

“Fue gordo, gordo, nunca se había oído uno tan fuerte, fue un buen rato…, parecía que había parado y otra vez volvió a repetir”. A su lado, hace ochenta años, un chico la empujó hacia el portal. Se metió bajo un mostrador y le dieron un palo para que lo mordiera. No la dejaron salir hasta mucho tiempo después de que se hubieran ido los aviones y cuando salió a la calle “se veía como una niebla, se habían caído casas”. “Vi gente en el suelo, muertos o heridos, y los chicos que me llevaron me dijeron que no mirara, pero había gente muerta en la calle. Eran todo gritos y gritos, gritaban barbaridades, todos como locos, y por la calle Mayor bajaba como fuego, como algo encendido...”. “Cuando llegué a casa, mi madre y mi hermana me abrazaron desesperadas porque pensaron que me había muerto, porque como no me dejaban salir había tardado mucho en volver... Eso no se olvida nunca”, repite Elena sentada en su casa del Poble Nou de Barcelona.

Y sin embargo se olvidó. La memoria colectiva borró durante muchos años lo que los supervivientes siempre tuvieron presente. A José María Maldonado, su abuela y su padre también le contaron cómo fue el bombardeo, pero no le cuadraba esa memoria en privado con tanto silencio en público, y en 1980 comenzó a investigar. Tardó 23 años en publicar 'Alcañiz, 1938. El bombardeo olvidado', un libro que pone luz sobre aquel suceso y del que acaba de presentar una reedición ampliada, junto a una novela histórica, 'El dolor del silencio', que también aborda esos hechos. 


CONMEMORACIÓN 

Este 3 de marzo se cumplieron 80 años del bombardeo y por primera vez, en las calles de Alcañiz, se puede ver una exposición de fotos de aquel día (...). De forma paralela, el Ayuntamiento aprobó el mes pasado en pleno una moción por unanimidad para que se declare el día 3 de marzo como Día del recuerdo del bombardeo de Alcañiz. También se aprobó que se acometa, en base a un informe del propio Maldonado, una reforma en el cementerio para crear un espacio que recuerde no sólo el bombardero sino todo lo que pasó durante la Guerra, con varias placas informativas. En el cementerio ya hay un monolito, en mal estado, con las firmas de Franco y Mussolinni, que recuerda a los soldados italianos que murieron en la Guerra, pero no hay nada que recuerde ni a las víctimas del "otro bando" ni a los cientos de muertos civiles. Además, está previsto, en el borrador de la Ley de memoria histórica de Aragón que el Gobierno declare ese mismo día como el Día de la memoria histórica en Alañiz y que se instale un monumento conmemorativo sobre el bombardeo en la Plaza del 3 de marzo.

Estas iniciativas ayudarán a que la memoria se imponga al olvido, pero sigue habiendo aún muchas zonas de sombra. Sobre todo una. “Falta saber el número exacto de muertos”, dice el bibliotecario municipal y técnico de cultura, Ignacio Micolau, que pone como ejemplo el Centro de Documentación sobre el Bombardeo de Gernika, de la Fundación Museo de la Paz, que abrió en 2003 y recogió información aportada por todos aquellos que tenían familiares entre las víctimas de aquel bombardeo. A pesar de ello, el número de muertos en Gernika tampoco está claro. “Aquí esa labor no se ha hecho”, señala Micolau. Lo que sí se hizo en Alcañiz fue acondicionar y abrir en el año 2011, para ser visitado, uno de los refugios antiaéreos, en la calle Tomás Moore, donde se explica a los visitantes la historia del bombardeo. “Es uno de los pocos que hay en España”, destaca. 


LAS VÍCTIMAS

José María Maldonado, sin embargo, no tiene ya ninguna esperanza. “El número de muertos es una asignatura que no se aprobará nunca”, asegura. En la nueva edición del libro refuerza la presunción de que, como mínimo, fueron entre 250 y 300 muertos, aunque hay muchos indicios que apuntan a una cifra más alta. El secretario del Juzgado de Alcañiz que sufrió el bombardeo sostuvo en vida que había anotado más de 500 muertos, pero el cuaderno nunca ha aparecido. Por contra, un informe secreto de los republicanos de junio de 1938 hablaba de 200 víctimas, sin contar los heridos.

El número y la identidad de muchos de los fallecidos no es la única zona oscura. Resulta difícil entender cómo un bombardeo de esa magnitud quedó relegado en la historia, mientras que otros, como el de Gernika, están tan presentes. Hay un elemento evidente: los alcañizanos no tuvieron un Picasso que les pintara un cuadro, pero para que Picasso hubiera cogido el pincel con esa intención necesitaba conocer lo que había pasado. “En Gernika hubo testimonios gráficos desde el principio”, señala Maldonado, que el pasado año asistió a los actos del 80 aniversario en la localidad vizcaína, donde invitaron a alcaldes de otras ciudades bombardeadas como Hiroshima o Dresde y donde no sólo pudo comprobar cómo el pueblo se paralizaba durante tres minutos de silencio a la hora del bombardeo, sino que también pudo hablar con especialistas en la Guerra civil que desconocían el episodio de Alcañiz.


EL OLVIDO

Después de la experiencia de Gernika, era lógico que el bando 'nacional' quisiera esconder un bombardeo contra la población civil, pero todos los periódicos republicanos sí publicaron la noticia al día siguiente. Sin embargo, no hubo información de primera mano. No hubo crónicas desde el lugar de los hechos ni testimonios gráficos. No había corresponsales extranjeros. Los libros de historia tampoco se ocuparon después de él, a pesar de que el bombardeo de Alcañiz está, sin ninguna duda, entre los más graves a la población civil durante la Guerra. El que causó más víctimas fue el de la calle Urgel, en Barcelona, quince días más tarde, el 18 marzo de 1938, con más de mil. El segundo, en número de muertos, podría ser el de Alcañiz, junto a Granollers, con unos 210, y a Gernika. El resto del camino del olvido, hasta hoy, lo ha recorrido el pueblo por iniciativa propia.

Antonio Bernus en Alcañiz
Antonio Bernus en Alcañiz.
Pero, ¿por qué se bombardeó Alcañiz? ¿Cuál era el objetivo? La orden general para la ofensiva, firmada por el General Kindelán, era clara: “Amedrentar a la población civil”. Los documentos del ejército italiano también son claros: el objetivo era el pueblo. En la gran ofensiva de la Guerra, Alcañiz era la población más grande de la zona. “En el frente de Aragón -señala Maldonado- estuvieron todos los aviones”. Entre ellos, los 14 Savoia Marchettti S-79 que lanzaron 160 bombas en dos tandas, con un peso de diez toneladas. Esos mismos aviones bombardearon durante la Guerra mundial. Tampoco hay que olvidar que la Guerra Civil fue la primera en sufrir bombardeos masivos y que esos bombardeos sirvieron de ensayo. Por eso, en los archivos italianos, hay fotos de todo lo que ocurrió desde el aire. 


EL EXILIO  

Después del bombardeo, además de las ausencias, de la reconstrucción y del olvido, llegó el exilio. Muchos alcañizanos se refugiaron en las masadas. Algunos volvieron días después y otros, más de dos mil continuaron, primero a Cataluña y luego Francia. Muchos de ellos no volvieron nunca y tampoco se libraron del horror de la historia del Siglo XX. En la matanza de Oradur sur Glane, el pueblo francés donde los nazis asesinaron a 642 personas, hubo cinco alcañizanos que perdieron la vida: Francisco Gil Egea, Francisca Espinosa, sus dos hijas de 14 años y Carmen Espinosa. Otros acabaron en campos de concentración y otros pudieron huir, como el padre de Antonio Bernús Abad. Antonio vive hoy en Brownsville (EE.UU), desde donde recuerda el bombardeo. Tenía 5 años y sólo guarda en su memoria “que los ladrillos volaban”, que estaban en la calle, se tiraron al suelo y que su madre se arrojó encima de él y de su hermano. Esa noche se fueron “al mas del abuelo, a Valderrobres”, y de ahí, pocos días después caminado a Mora de Ebro con las tropas republicanas. “Iba muchísima gente, ametrallaban los cazas desde el aire y nos teníamos que tirar a las cunetas”, dice. También recuerda la voladura del puente sobre el Ebro cuando el tren que los llevó a Barcelona lo había sobrepasado. Allí vivieron hasta que terminó la Guerra. Su padre era motociclista y correo entre esa ciudad y el frente. Los bombardeos se sucedían, hasta tal punto “que distinguía el sonido de los aviones cuando iban cargados de bombas y cuando ya las habían soltado”, recuerda Antonio. El día que las tropas de Franco entran por el sur de la ciudad, ellos salen por el norte hacia Francia. Su padre,  Antonio Bernús Zorilla, encontró trabajo en Toulouse en una fábrica de aviones, pero cuando entran los alemanes, acaban todos en el campo de concentración de Argelès sur Mer. A los seis meses, a él, a su hermano y a su madre los liberan y vuelven a Alcañiz. Su padre se fuga  un día que lo envían a talar árboles y se une a la Resistencia, pero lo acaban apresando de nuevo. “Sabía que lo iban a matar”, cuenta Antonio, así que, cuando era trasladado en tren hacia Alemania, se tira en marcha. Tarda dos años en reunir el dinero suficiente para huir a México y otros dos años más en reunir el del viaje de su familia. En 1949, por fin, Antonio llega a Veracruz en el buque de la Naviera Aznar, Monte Albertia. “Me despedí de mi padre, separados por una alambrada, con ocho años y lo volví a ver con 16”.




Fuentes:


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