ENTREVISTA A LOS AUTORES DE "1936. FRAUDE Y VIOLENCIA EN LAS ELECCIONES DEL FRENTE POPULAR"
LAS ELECCIONES DE 1936 "NO FUERON UN PUCHERAZO", SINO UN "FRAUDE LOCALIZADO”
LOS HISTORIADORES MANUEL ÁLVAREZ TARDÍO Y ROBERTO VILLA ENCUENTRAN ACTAS MANIPULADAS QUE DETERMINARON EL NÚMERO DE ESCAÑOS EN LOS COMICIOS GANADOS POR EL FRENTE POPULAR. RECONOCEN QUE EL NÚMERO DE VOTOS FUERON POCOS, PERO DETERMINANTES.
Con esta entrevista realizada por el diario El Español, los investigadores de este interesante trabajo exponen directamente sus puntos de vista al margen de cualquier tipo de interpretación o especulación fuera del estricto contexto de su campo de investigación:
"Aquel 16 de febrero se prolongó durante cuatro días. Los españoles consideraron las Elecciones Generales que determinaron la victoria del Frente Popular
como unos comicios a vida o muerte. A los pocos meses, las dos Españas
que se habían enfrentado en las urnas, lo hicieron en las trincheras. El Golpe de Estado de Franco acabó con la legitimidad de las urnas, que no es cuestionada por la investigación de los historiadores Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa, titulada '1936. Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular' (Espasa).
El propio Manuel Álvarez Tardío explica (...) que no pretenden discutir sobre la legitimidad de lo que pasa después de las Elecciones,
ni del Golpe de Estado posterior. 'Sólo queríamos contar lo que no se
había contado, no vamos más allá del momento que estudiamos. No podemos
viciar el análisis de lo que pasa en las Elecciones: incluso con todo lo
que nosotros contamos, no significa que eso fuera a cambiar los
acontecimientos. Podíamos haber optado por la militancia basada en la especulación, pero no especulamos'.
Dicen que uno de los méritos de su trabajo es la reconstrucción, 'minuto a minuto', de lo que pasó aquellos cuatro días, entre la
votación y el recuento. Ambos responden al cuestionario sobre su
investigación:
Son unos acontecimientos que deciden la historia moderna de este país, ¿cómo influye el impacto en su trabajo?
Nosotros
trabajamos con la misma dinámica académica de siempre. Pero el pasado
como elemento de identidad ideológica tiene más presencia de lo que
pensábamos. Aparentemente, hay mucha bibliografía de la Segunda
República y la Guerra Civil, pero te sorprende que haya tantos autores
que repitan fuentes secundarias con hechos no contrastados.
¿Qué aporta su estudio al de Javier Tusell (a finales de los sesenta)?
Tussell
estuvo muy condicionado por su contexto, por las limitaciones de
consulta. Nosotros hemos tenido acceso a datos digitalizados. Explotaron
las hemerotecas, pero les faltaron fuentes. No tuvieron acceso al
archivo del Congreso, ni al archivo de la Fundación Pablo Iglesias, ni
al Archivo de Salamanca. Lo hicieron con prensa y el diario de sesiones
de las Cortes. El nuestro es más rico.
¿A qué conclusiones llegan?
Reflejamos
el clima de radicalización política durante la campaña, los diferentes
tipos de discursos de campaña y cómo las candidaturas acaban formándose
(incluimos las negociaciones internas). Abordamos las antiguas encuestas
de una manera más precisa y, sobre todo, reconstruimos la votación y el
escrutinio. El dietario de Alcalá Zamora también es importante, así
como el de Portela. Hemos reconstruido de una forma más precisa aquel
periodo. Javier Tusell reconoce que sus recuentos son incompletos, pero
con el Archivo del Congreso los reconstruimos al completo. Los
resultados oficiales a nivel nacional no se conocían hasta ahora.
¿Por qué se decidieron a investigar el desarrollo de las Elecciones?
Cuando
se publicó el dietario de Alcalá Zamora hace unos años leímos la parte
del fraude. El propio presidente de la República es el que habla de
fraude. Sin ese diatario no nos habríamos metido en la investigación.
Antes éramos muy escéptico, siempre he dicho que ganaban las izquierdas.
Hasta que encontramos las pruebas y documentos cotejados. Veíamos claro
el fraude en A Coruña y Cáceres, pero sólo con estos votos la mayoría
no cambiaba. Y aparecieron los casos de Tenerife, Las Palmas, Lugo,
Pontevedra, Valencia, Jaén, Murcia y hasta Málaga (donde ganan
indudablemente las izquierdas, pero el escaño de las minorías debería
haber pertenecido a la CEDA y no al PSOE).
¿Prefieren hablar de fraude que de pucherazo?
Sí,
el pucherazo generalizado se dejó de hacer en los años treinta. En este
caso hablamos de una falsificación postelectoral, sobre la
documentación hecha sobre las mesas. Hay una falsificación electoral
urdida la noche anterior a la reunión de la Junta Provincial en algunas
provincias. Un fraude localizado.
¿Son capaces de determinar el número de votos fraudulentos?
No
a nivel nacional. Pero sí a nivel provincial en Valencia, Jaén y Las
Palmas. En cuatro provincias, la madrugada del 19, se arrebata el poder a
las derechas (A Coruña, Lugo, Tenerife y Cáceres). Y lo importante no
es el número de votos, sino el reparto de escaños. No podemos saber
cuántos votos fueron fraudulentos a nivel nacional, quizá más de 150.000
votos, sobre más de 8.000.000 de votos. Los que fueran bastaron para
determinar el reparto, porque el resultado estaba muy apretado. El
fraude en Cáceres fue de 10.000 votos. En Jaén, si ganabas te llevabas
10 y si perdías, 3. Se jugaban la mayoría.
¿Fue un movimiento orquestado o espontáneo?
Está
orquestado desde las provincias. Es una dinámica que se repitió en
muchos sitios: empezaron celebrando y acabaron asaltando gobernación
civil. Son las 36 primeras horas de Azaña antes de la reunión de la
Junta del Censo. La iniciativa la llevan las autoridades provinciales.
El día 19, cuando Manuel Azaña accede al poder, el Frente Popular y las
derechas no tienen mayoría parlamentaria, la cosa está muy abierta. Si
el Frente Popular consigue la mayoría final fue gracias a la
manipulación.
¿Qué importancia tuvo la dimisión del presidente del Consejo de Ministrios Manuel Portela, líder liberal?
Absoluta.
Portela se marcha durante el proceso de recuento por la fuerte
movilización en la calle. Portela se va porque está muy tocado
moralmente, sus candidatos no parece que estén obteniendo los resultados
que esperaban y se marcha sin saber cómo queda. Además, la violencia en
la calle le asusta. Manuel Azaña preside el final del recuento y no
aplaza los ánimos de la movilización instrumentada por los sectores
extremistas, con los que luego tendría que negociar para gobernar. La
última fase del recuento es muy importante.
¿Cuestionan el papel de Azaña?
No
hay orden de Azaña para alterar el recuento. En Madrid hubo pasividad y
connivencia con las movilizaciones. El propio Azaña se refiere a los
resultados de A Coruña y en Cáceres como la 'resurrección de
candidatos'. Demostramos un fraude local. Tachones, raspados,
manipulaciones. La campaña no fue sucia, ni siquiera el día de las
Elecciones. De hecho, hubo un gran despliegue de fuerzas del orden para
evitar problemas. Sin embargo, Portela no pudo declarar el Estado de
Guerra durante el recuento, porque Alcalá Zamora no le deja, pero Azaña
sí lo hace en algunas partes.
¿Qué ocurre en la segunda vuelta?
La
segunda vuelta está muy condicionado por la falta de seguridad
jurídica, pero ahí no hemos hecho especulaciones. No fue un fraude
total, pero sí introduce elementos de fraude en algunas provincias. Son
pequeñas diferencias de votos que afectaban al recuento de escaños. Es
un fraude en determinados lugares que han hecho bailar escaños. Cuando
Azaña acude a la sede de Gobernación se desespera al ver que los
gobernadores han huido y están en manos de los poderes locales, que
intimidaron. Hay sitios en los que la intimidación y la coacción fue muy
potente. La calle interpreta la salida de Portela como una victoria y
van a impedir una victoria por fraude de los conservadores.
¿No hubo intimidación por parte de los conservadores?
No
hay rastro de una ocupación del poder ni de los conservadores, ni de
los portelistas. La CEDA no hizo llamamiento a la violencia para hacerse
con el recuento.
En el libro insisten en que las marchas de aquellos días no eran festivas, sino intimidatorias.
La
documentación y las fuentes demuestran que la avalancha hacia los
centros de poder no fueron celebratorias, ni festivas, sino para hacerse
con el control.
Pero, ¿hay documentación de las protestas?
Las
protestas que hubo en estas provincias fueron tumultuarias. El Frente
Popular no estaba dispuesto a dejar perder ni una sola provincia. Tal y
como aparece en el archivo de Pablo Iglesias, Prieto dice de las actas
de A Coruña que son 'indefendibles'. Cuestionó anular Granada [resultado
a favor de la derecha, con denuncia de la izquierda], si no se hacía
antes con A Coruña y Cáceres.
En Granada se denunció que
miembros de la escopeteros y guardas impedían el voto en pueblos. Ganó
la derecha, pero se anuló. ¿En Granada, quién hizo más trampas?
En
Granada, el Frente Popular protestó un fraude de 8.000 votos pero no
aportaron datos, a pesar de que la diferencia con las derechas era de
50.000. No era un fraude acreditado".
FUENTES:
http://www.elespanol.com/cultura/historia/20170313/200480526_0.html
http://jerezrecuerda.blogspot.com.es/2017/03/libro-para-adultos-1936-fraude-y.html
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