martes, 29 de julio de 2008

“JEREZ RECUERDA” ACUDE AL CEMENTERIO DE SAN JUAN BAUTISTA EN CHICLANA CON OCASIÓN DE UN HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS DE LA REPRESIÓN FASCISTA













El acto se desarrolló con motivo del 72 aniversario de la entrada de las tropas franquistas y del inicio de las matanzas en la localidad y fue organizado por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica Política y Social de Chiclana.

Tras su presentación oficial celebrada el 09 de mayo de 2008, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica Política y Social de Chiclana realizó su primer acto público el pasado domingo 20 de julio de este mismo año en una de las explanadas del Cementerio de San Juan Bautista ante la presencia de unas 70 personas.
Una portavoz de dicha Asociación, Leonor Sánchez, inauguró el acto con la presentación del mismo y con la lectura de un manifiesto elaborado por la Asociación que se encargó de difundirlo por escrito entre los asistentes. Posteriormente, fue otro portavoz, Pedro Jiménez, quien procedió a la lectura de un poema titulado “Las tumbas sin nombres” cedido por su autor, Juan Mamporro, para dicho acto y terminando con un “Viva la libertad” para dar paso a un poema grabado de Mario Benedetti que se escuchaba con una suave melodía de fondo a través del equipo de sonido cedido también altruistamente para la ocasión por el ciudadano Andrés Ruiz.
Tras las lecturas del manifiesto y del modesto recital poético, fue esta vez otra portavoz, Isabel Cantos, nieta de Bartolomé Cantos Sánchez, taxista asesinado en septiembre de 1936, quien pasó a leer un listado de nombres que alcanzó cerca del centenar de personas represaliadas, entre las que se hallaban 19 personas fallecidas como causa de la represión ejercida por los fascistas en la localidad. Isabel Cantos recordó a los asistentes que todavía quedan muchos nombres por “rescatar del silencio” y que en Chiclana hubo al menos tres sacas de presos para ser ejecutados, especialmente en la Carretera de Medina, en la del Camino a Puerto Real o en el mismo Cementerio de San Juan Bautista.
Como acto final, miembros de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica Social y Política de Chiclana descubrieron la placa de la primera piedra del futuro monumento que se erigirá precisamente en la explanada donde se estaba celebrando el acto para luego dar paso a una ofrenda floral entre el numeroso público. En dicha placa se podía leer:
“En memoria de los hombres y mujeres que se atrevieron a pensar que era posible una sociedad más justa, y dieron sus vidas por lo que creían.
Víctimas de la represión y el silencio.
Nosotros tenemos el deber de recordarlos.
Chiclana a 20 de julio de 2008.”
Hemos de decir que, según portavoces de la Asociación de Chiclana, la elección del lugar para realizar el acto no fue un hecho aleatorio, ya que se ha constatado la existencia de una fosa común en ese mismo emplazamiento. Por otra parte, y según las declaraciones realizadas a miembros de la Asociación “Jerez Recuerda” por la nieta del militante anarcosindicalista asesinado en agosto de 1936, Diego Rodríguez Barbosa, los restos de su abuelo se encuentran en el subsuelo de un patio contiguo. De hecho, el Secretario de la Asociación para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica “Jerez Recuerda” acompañó a la nieta de Rodríguez Barbosa al lugar que ésta refirió y donde esparció unas flores en memoria de su abuelo. Todo ello nos lleva a la siguiente conclusión: que, si partimos de la certeza de ambas declaraciones, en el Cementerio de San Juan Bautista de Chiclana existen, al menos, dos lugares de enterramiento de personas asesinadas a causa del golpe de estado de julio de 1936 y de la represión ejercida por la dictadura franquista.
Del mismo modo hemos de reconocer el trabajo de los miembros de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica Social y Política de Chiclana que, en tan poco tiempo, ya han elaborado un listado de cerca del centenar de represaliados entre los que se encuentran, como hemos dicho anteriormente, diecinueve personas asesinadas y que desgraciadamente tendrá que incrementarse conforme avancen las investigaciones.
Por último, difundimos por su interés el manifiesto que la Asociación de Chiclana divulgó en el acto del 20 de julio:
“El 18 de julio del 36 empezó a escribirse la página más negra y más trágica de la historia de España, perpetrándose la mayor traición contra la soberanía de un pueblo, un pueblo que estaba decidido a acabar con las cadenas de siglos de tiranía, miseria y de opresión y que comenzaba a caminar por el sendero de la igualdad y la justicia social. El 18 de julio comenzó el desmantelamiento de las libertades conquistadas durante la república y el mayor genocidio consumado por unos españoles contra otros, que tiñó los campos de sangre y que con la victoria del miedo ahogó la palabra durante décadas, la libertad quedó desterrada por un largo periodo de dictadura militar.
En Chiclana la represión al igual que en otros lugares de España fue brutal, muchos chiclaneros fueron represaliados, perseguidos, encarcelados, torturados, despojados de sus derechos y de sus bienes. Algunos fueron fusilados y hechos desaparecer y aún hoy día permanecen enterrados en alguna fosa común sin localizar ni identificar, sin lápidas ni epitafio, ninguna tumba donde poder llorar o depositar unas flores en su recuerdo.
Estas personas no murieron en una guerra como algunos por error pudieran pensar, porque en Chiclana no hubo enfrentamiento armado, las fuerzas franquistas no encontraron ninguna resistencia, y cuando el día 20 de julio de 1936, hace hoy 72 años, llegaron a Chiclana las tropas franquista, comenzaron inmediatamente las persecuciones, los fusilamientos y la caza del hombre por el hombre. En esta represión sangrienta participaron activamente los falangistas, que se dedicaron desde el primer momento a perseguir, detener y fusilar a sus propios vecinos, a sus paisanos, amparados impunemente en la razón de la fuerza, en la cobardía de la fuerza sin razón.
Las personas detenidas y en muchos casos ejecutadas, eran en su mayoría trabajadores, pertenecientes a algún sindicato o miembros de partidos políticos de izquierdas, o simplemente por ser sospechoso de tener ideas progresistas, o por sus ideas religiosas o ateas, o por su orientación sexual y en algunos casos ni siquiera eso, simplemente fueron víctimas de venganzas personales, todos fueron tratados como malhechores y criminales, y muchos fueron condenados y ejecutados sin compasión de ninguna clase, sin derecho a defensa, ni a un juicio justo, la verdad es que todos eran inocentes, personas honestas y trabajadoras que no suponían ningún peligro para nadie, pero a pesar de ello fueron tratados con la máxima crueldad.
El único delito que algunos de ellos pudieron cometer fue creer y trabajar por un mundo mejor, un mundo basado en la igualdad, en la justicia y en el respeto mutuo, todos ellos soñaban con un mundo a salvo de la miseria y de la opresión, presidido por el bienestar y la fraternidad entre los hombres.
Entre ellos los había progresistas, republicanos, comunistas, anarquistas, sindicalistas y socialistas, todos a su manera ansiaban una sociedad más justa e igualitaria, y por ese terrible delito los que no fueron fusilados perdieron su libertad, padeciendo largos años de cárcel, de trabajos forzosos o de internamiento en campos de concentración y los que pudieron escapar, marcharon con lo puesto dejando atrás familia, amigos y todo lo que tenían, sufriendo largos años de exilio y muchos de ellos no volvieron jamás.
Los que formamos parte de las nuevas generaciones, junto con compañeros que sobrevivieron a esos días trágicos, tenemos una gran deuda pendiente con ellos. El ánimo no es ni perdón ni olvido, y mucho menos la venganza o el revanchismo. Tratemos así de evitar la repetición de la historia.
Estamos convencidos de que la recuperación de la MEMORIA HISTORICA de este país es un proceso colectivo que afecta a toda la sociedad española en su conjunto, que debe ser un ejercicio de higiene social que permita conocer y reconocer los horrores y las aberraciones de la sublevación franquista, de la guerra civil y la dictadura por ella generadas y su sistema de eliminación institucionalizado del adversario, realizado durante décadas, y por otro lado reconocer la labor de los miles de luchadores y luchadoras por la libertad que se sacrificaron primero para defender y luego para conseguir un sistema de libertades, por lo que la Memoria Histórica debe ser un elemento común para la tolerancia y la convivencia democrática de todos los españoles, para ir avanzando por el sendero de la fraternidad y el respeto mutuo, para que sobre nuestra tierra ondee siempre victoriosa la hermosa bandera de la libertad y de la justicia.
En memoria de esos hombres y mujeres que por defender la libertad fueron ejecutados, que quedaron abandonados durante décadas en un rincón olvidado de la historia, hoy queremos que recuperen por lo menos en parte su protagonismo y les rendimos este sentido y merecido homenaje.
A pesar de haber vivido durante más de cuarenta años bajo la opresión de la dictadura franquista y bajo la losa del miedo, ningún silencio de plomo podrá enterrar el recuerdo y la lucha de aquellos hombres y mujeres mártires de la libertad, ni sus justas aspiraciones de justicia y fraternidad, que siguen hoy tan vivas como entonces.
Queremos recuperar sus vidas, sus nombres, que el mundo y la sociedad sepa que existieron, que tenían familia, que tenían sus sueños y sus esperanzas, que fueron cercenadas de golpe y que murieron injustamente, a manos de una jauría de criminales fascistas.
Pero su muertes no fueron inútiles lo que fueron inútiles fueron sus fusilamientos. Les arrebataron sus vidas pero no pudieron eliminar sus ideas.
Porque recuperar la Memoria Histórica no consiste únicamente en recuperar sus cuerpos, sino sobre todo en recuperar sus pensamientos. Su lucha no quedará olvidada, permanecerá en nuestro recuerdo y en nuestros corazones para siempre, la historia no borrará sus nombres ni su memoria, que quedará escrita con carácter de perpetuidad como un capitulo heroico y estremecedor en las interminables páginas de la historia. Chiclana 20 de julio de 2008”
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