La obra, editada por el Ayuntamiento de Alcalá del Valle, ha tenido el patrocinio de la Consejería de Justicia y Administración Pública de la Junta de Andalucía, y la producción editorial ha correspondido a Editorial Tréveris.
El Edificio Centro Cultural de la Biblioteca Municipal de Alcalá del Valle fue escenario el pasado día miércoles 29 de julio de la presentación del último libro del historiador Fernando Romero Romero titulado “Alcalá del Valle. República, Guerra Civil y represión. 1931-1946”. Como suele ocurrir en las poblaciones de la serranía gaditana, tanto las instituciones como la ciudadanía participaron activamente en este acto que dejó de relieve el interés que mostraron los asistentes por conocer no sólo la historia local alcalareña, sino la propia historia familiar de los vecinos y vecinas de Alcalá del Valle y las desgraciadas consecuencias que el golpe de estado de julio de 1936 trajeron para los mismos.
Mediante la lectura de esta obra, el lector se adentra en parte de la historia de la localidad desde el período que comprende las elecciones municipales de 1931 y la constitución del primer Ayuntamiento republicano-socialista hasta el año 1946, en plena dictadura franquista, pudiendo observar que el mayor espacio que dedica el autor en su libro es el referente a la segunda parte del mismo titulado “Guerra Civil y Represión”, donde se documenta las vicisitudes del pueblo desde el momento del golpe de estado de julio de 1936 –con la resistencia popular por un lado, y la ocupación final de Alcalá del Valle por los golpistas por el otro- hasta su desenlace más dramático y terrible para una población que tuvo que soportar, igual que el resto de los pueblos del Estado español, la brutalidad del odio y la puesta en práctica del plan de exterminio que portaba el programa de los rebeldes.
Un libro altamente recomendable si se quiere conocer más a fondo una etapa histórica que todavía hoy se nos muestra borrosa y llena de lagunas gracias a la propaganda y manipulación que las instituciones del régimen dictatorial franquista lograron introducir tanto en sus libros de “historia” como en las mentes de millones de españoles que tuvieron que sufrir a lo largo de décadas un concienzudo lavado de cerebro que favoreció la amnesia colectiva. El propio autor, en la introducción a su obra, expone acertadamente esta idea de la manipulación histórica, del mismo modo que explica las razones que le han llevado a investigar la historia de la represión golpista en Alcalá del Valle.
A continuación facilitamos la transcripción de parte de dicha introducción inserta en el mencionado trabajo que se pudo adquirir por el precio popular de cinco euros:
<<...No es la primera vez que se escribe sobre Alcalá del Valle durante la Guerra Civil. El primer texto específico que conozco es un artículo periodístico firmado por el falangista Antonio Solís Pascual que se publicó en enero de 1937 en el diario falangista Águilas, donde se relata la primera entrada de las columnas sublevadas en el pueblo. Algunos meses después apareció en el mismo medio un texto anónimo con motivo del primer aniversario del golpe militar. Se titula “18 de julio de 1936. Alcalá del Valle”. Da algunos datos sobre la actividad propagandística del jefe de Falange antes del golpe, pasa casi de puntillas por el 18 de julio –que en Alcalá fue un fracaso- y luego se centra en la ocupación del pueblo por la columna Mora-Figueroa el 25 de agosto, a la que dedica dos tercios del texto. Realza el arrojo de los valientes falangistas que lucharon contra los rojos hasta que la llegada de refuerzos puso en fuga a los enemigos y a continuación remata el texto con una rápida referencia a la reanudación de las actividades de Falange a partir de la ocupación. Lo que omite el texto es que los falangistas recibieron orden de replegarse a Olvera y Alcalá continuó siendo rojo durante tres semanas más. Probablemente esta retirada afeaba el papel que tuvo la Falange en la conquista de Alcalá y por ello se prefirió omitirlo. Todo un ejemplo de memoria selectiva.
Tampoco es la primera vez que el Ayuntamiento alcalareño promueve la publicación de un texto sobre la Guerra Civil en el pueblo. Ya lo hizo en enero de 1939, cuando la Guerra Civil aún no había terminado. En la documentación contable de ese año se conserva un recibo de 23 de enero de Julio Ateneo, que cobró 25 pesetas –dice textualmente- “en concepto de gratificación por mis trabajos de información como periodista, con referencia a la obra que vengo realizando sobre los hechos ocurridos en esta villa durante el movimiento marxista, que se publicará en el periódico en el Diario de Huelva”. El periodista cobró su trabajo, pero no sé si el artículo llegó a publicarse. En el Diario de Huelva he encontrado varias entregas del “viaje sentimental” de Julio Ateneo “por los pueblos de la España liberada”, pero la colección que he consultado está incompleta y el artículo sobre Alcalá pudo publicarse en uno de los números que faltan. De todos modos, publicado en la España sublevada de Franco cuando la campaña bélica aún no había concluido, es fácil suponer que el relato de Ateneo sería, si no tendencioso, al menos parcial e incompleto, pues lo único que a sus patrocinadores les interesaba publicar es el daño que las izquierdas causaron mientras dominaron la población. El acta del pleno en el que se aprobó la cuenta presentada por el periodista dejó bien claro de qué se trataba: “gratificación por sus trabajos periodísticos de propaganda de los desmanes marxistas realizados en esta localidad”.
Eduardo Juliá Téllez, el director del diario gaditano La Información y cronista de la Diputación provincial de Cádiz, publicó en 1944 un libro sobre la Guerra Civil en la provincia que dedica una página a Alcalá. La fecha de edición, el título –Historia del movimiento liberador de España en la provincia gaditana- y la frase que abre el capítulo –“La barbarie roja también dejó huellas de sangre en Alcalá del Valle”- ya nos avisan de lo que podemos encontrar en él. Probablemente se nutre de información proporcionada por el Ayuntamiento alcalareño y prácticamente se limita a enumerar –con varios errores- las víctimas que la violencia izquierdista causó en Alcalá. A partir de ahí lo único que se ha ido publicando sobre la Guerra Civil en Alcalá son algunos datos sueltos sobre las operaciones militares y ocupación del pueblo en los libros del coronel Martínez Bande, el falangista José Mora-Figueroa y otros más recientes. Prácticamente todo estaba por hacer.
La información que he manejado procede fundamentalmente de archivos. Los que mayor volumen de documentos e información han aportado son el municipal de Alcalá y el del Tribunal Militar Territorial nº 2 de Sevilla. También he consultado los del Juzgado de Paz de Alcalá –donde he recibido un excelente trato por parte de Manu Barriga-, el parroquial, el de la Diputación de Cádiz, Histórico Provincial de Cádiz e Histórico Nacional de Madrid. He contado con información que me proporcionaron los amigos y compañeros de investigación José Luis Gutiérrez Molina, Francisco Espinosa Maestre y José María García Márquez. Además de las fuentes archivísticas, hemerográficas y bibliográficas, he recurrido a testimonios orales. También lo ha hecho el historiador Jesús Román, autor del Mapa de Fosas de la Sierra de Cádiz, con quien he mantenido un provechoso intercambio de información.
La investigación no se ha circunscrito al período de la Guerra Civil. Comprende desde la etapa republicana hasta la represión de posguerra. Aunque haya algunas referencias a los antecedentes, el relato comienza en 1931 con las elecciones municipales de abril y la proclamación de la II República. Fijar en 1946 el límite cronológico final del título puede parecer un tanto pretencioso, pero tiene su razón de ser. La Guerra Civil terminó en España el 1 de abril de 1939. En Alcalá dos años y medio antes, el 18 de septiembre de 1936. A partir de esa fecha cesaron las operaciones militares en la zona y lo que siguió fue la institucionalización del golpe y la represión de retaguardia y de posguerra. La que ha marcado el límite cronológico final es la segunda. En Alcalá se estuvo fusilando hasta finales de 1936 o comienzos de 1937 y también hubo alcalareños ejecutados fuera del pueblo hasta 1941. Pero represión no fueron sólo los asesinatos y ejecuciones. Otra de las modalidades que se han estudiado en este trabajo es la privación de libertad, el encarcelamiento. Ésa es la que ha acotado la fecha de cierre: el último preso político alcalareño de la Guerra Civil recobró la libertad en 1946...>>
No hay comentarios:
Publicar un comentario