Dionisio Ridruejo (a la izquierda), miembro de Falange, realiza el saludo fascista junto a Franco ante la tumba de José Antonio Primo de Rivera. |
CUATRO FORMAS DE RENDIR HOMENAJE OFICIAL AL FRANQUISMO QUE SIGUEN VIGENTES.
Más de 40 años después de la muerte de Francisco Franco las formas de recordar, exaltar o rendir honores al régimen franquista bajo el amparo de las instituciones todavía son múltiples. La Ley de Memoria Histórica impulsada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha sido insuficiente para erradicar el homenaje oficial que se sigue rindiendo al dictador en tiempos de democracia.
Esta semana Rafael Catalá ha justificado el ducado de los Franco que “no genera ningún privilegio”, mientras que ha reprochado al PSOE su repentino interés por eliminar ahora un título que, según el ministro de Justicia, les fue indiferente durante su mandato. La realidad es que el PP ha frenado casi por completo la Ley de Memoria Histórica que tiene ya más de diez años. A la gigantesca tarea, todavía en curso, de retirar los símbolos, las calles y los monumentos al franquismo, Mariano Rajoy contestó con un desplante difícil de olvidar. La calle donde él vivió en Marín (Pontevedra) seguiría siendo para él, según confesó, Salvador Moreno –y no Rosalía de Castro–. Una muestra de afecto del presidente a quien fue el responsable de la muerte de cientos de familias en la trágica 'Desbandá' de Málaga.
Los gestos o comentarios de los miembros del PP sobre el franquismo son reveladores, pero aun lo es más el hecho de que la Ley de Memoria Histórica no tenga presupuesto. Se ha eliminado por completo la ya escasa financiación que el Gobierno de Zapatero destinó a desenterrar cuerpos de las fosas comunes. Por el contrario, el franquismo y los afines al régimen siguen disfrutando de algunos privilegios.
No solo el ducado de los Franco
Desde 1948 hasta 1971, Franco concedió más de 40 títulos nobiliarios que aun perviven. El rey emérito creó el Señorío de Meirás, que recayó en Carmen Polo, viuda de Franco y el ducado de Franco, que ostentó la hija del dictador, María del Carmen Franco y Polo, y que ahora reclama la nieta del dictador, Carmen Martínez-Bordiú, según desveló Civio.
El primero de esos títulos, que desde la Edad Media existen para reconocer el servicio de un ciudadano prestado a la Corona, fue concedido por el dictador de manera póstuma a José Antonio Primo de Rivera. Actualmente lo ostenta Miguel Primo de Rivera y Urquijo, nieto de Miguel Primo de Rivera, sobrino del fundado de la Falange y primo político, a su vez, de Carmen Martínez-Bordiú.
Hay otros muchos títulos que sirvieron al dictador para premiar a sus secuaces y siguen estando en vigor: el ducado de Calvo Sotelo, que actualmente ostenta su nieto José Calvo Sotelo y Olry de Labry; el ducado de Mola, que actualmente pertenece al nieto del general, Emilio Mola y Pérez de Laborda o el de marqués de Queipo de Llano, que actualmente ostenta Gonzalo Queipo de Llano, el nieto del militar franquista. Son solo unos pocos ejemplos.
Las fundaciones vinculadas con el régimen
Aunque la Fundación Francisco Franco es la más conocida, existen varias asociaciones que exaltan al franquismo. Este medio contabilizó al menos siete más en el registro de fundaciones del Ministerio de Justicia. La Constitución, en su artículo 34, reconoce que dichos entes se establecen “para el interés general”, pero, según denuncian las organizaciones memorialistas y de víctimas del franquismo, “hacen apología del fascismo”, de manera más o menos encubierta.
Existe la Fundación de la División Azul, con fines “culturales, de investigación histórica y de defensa de los valores nacionales y de la verdad histórica", la Fundación Serrano Suñer, que se dedica a preservar la imagen y la memoria del cuñado de Franco y uno de los principales artífices del Régimen en sus primeros años, o la Fundación María Eugenia Yagüe, que lleva el nombre de la hija del general Juan Yagüe y se dedica a limpiar el nombre del amigo de Primo de Rivera, conocido como “el carnicero de Badajoz por su responsabilidad en la masacre de dicha ciudad donde murieron miles de personas”.
El Valle de los Caídos
Ninguno de los intentos ha conseguido acabar todavía con el monumento franquista por excelencia, la fosa común más grande de España y donde el dictador descansa en una tumba que les pertenece por derecho canónico únicamente a papas y obispos. Este enorme depósito de cadáveres, donde 'republicanos' y también 'caídos del bando sublevado' fueron trasladados sin el consentimiento de las familias, recibe una media de más de 700 visitantes al día.
Este gigantesco homenaje en Madrid al dictador diseñado por él mismo, que sería inconcebible en otros países de Europa, es la muestra evidente de la pleitesía que todavía hoy, en 2018, se le rinde a quien fue el 'responsable de acabar con la democracia'.
Aniversarios y celebraciones
Las instituciones también amparan múltiples celebraciones para rendir homenaje a Franco y su régimen. Todos los años el 20 de noviembre, aniversario de la muerte del dictador, la Iglesia Católica ampara una misa en Madrid por el eterno descanso de su alma. La Fundación Francisco Franco, además, organiza todos los años una cena para recordar su figura.
En alguna ocasión el apoyo a este tipo (...) a estas ceremonias ha llegado de los ayuntamientos. La Subdelegación del Gobierno en Córdoba y el Ayuntamiento de Lucena, gobernado por el PSOE, autorizaron el 20 de noviembre del año pasado un acto de homenaje franquista en el cementerio del municipio, a pocos metros de una fosa común donde fueron enterradas 123 víctimas de la represión franquista.
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